Esta es una historia basada en el personaje de Pedro Valiente Pérez, llamada Trizia; queda constar que el creador de este personaje me dio el permiso para escribir sobre esta (Departamento Legal del Blog de A.F.Echenique).

 

Era otra mañana en la cuidad de Madrid, nada parecía esta fuera de lo inusual y menos en el departamento 115 en donde viven Trizia y Olivia, ambas féminas se encontraba jugando una partida de un videojuego de guerra muy emocionante, no fue hasta que una repentina llamada le arruino el ambiente.  La chica de cabellera purpura puso el juego en pausa para posteriormente levantarse a contestar el teléfono, el cual sonaba repetitivas veces; al levantar el auricular la joven contesta: Residencia 115 habla Olivia, ¿En qué le puedo ayudar?

 

–¿Esta Trizia? ­– pregunto un hombre asustado.

 

­–Ya te la paso ­– respondió Olivia; ­–Es para ti ­­– declaro está apartándose del teléfono.

 

­Trizia se extrañó mucho al recibir una llamada telefónica y más a esas horas del día, se levantó de su puf, camino un poco para agarra el teléfono de mano de su amiga, quien luego se iría a volver a sentar.  Ahí la chica pelirroja se puso el auricular en su oído y respondió con ligero y muy pasivo: ¡Buenos días!

 

–Debiste contestar tu primero – comento el hombre del otro lado de teléfono.

 

–¡Hoy no Alberto, hoy no! ­– proclamo la chica al saber quién era.

 

–¡OYE ESPERA! —apunto— Antes de que cuelgue, tengo buenas noticias y malas también ­– añadió este.

 

­­–Dime la buena ­– pidió la mujer.

 

­–La buena noticia es que Dream Works quiere hacer una película de animación con tu estilo de arte ­– notifico el hombre alegremente.

 

­–¡Oh vaya! – exclamo Trizia alegre; –Pero, ¿Cuál es la mala noticia? – se cuestionó.

 

–Bueno ellos ya eligieron las voces en inglés, pero quieres que elijas las voces para Latinoamérica en…

 

­–En México, no hay problema ya tengo varios actores que… ­–

 

–No Trizia, ellos no quieren que sea actores de voces mexicanos, quieren que sean venezolanos, por ello quieren que vayas a Caracas y reclutes a los mejores ­– informo.

 

–¿Caracas? ¿Y por qué quieren que sean venezolanos y no mexicanos? –

 

­–No lo sé, tal vez está el hecho de que los venezolanos son más neutrales que lo mexicanos, era porque algunos doblajes excelentes se hicieron allá, la verdad es que no quise preguntar, yo solo sé que quieren que vayas a Caracas y conformes un gran equipo de dobladores ­– contesto el señor.

 

­­–¡¿Pero Alberto yo no conozco Caracas?! ­– reclamo la mujer.

 

­–Sera la perfecta oportunidad para conocerla —apunto este— tómalos como unas vacaciones ­– indico el hombre.

 

–Bueno, está bien iré, pero escogeré lo que yo quiera ­– determino Trizia.

 

–¡Si! Así se habla – proclamo el hombre alegremente; ­–Por cierto, tienes que ir a la embajada de Venezuela para conseguir la visa ­– apunto el hombre.

 

­–¿Y entonces Alberto para que te tengo? ­– pregunto la chica indignada.

 

­–¡Oye, yo aún tengo que conseguirte el estudio de grabación, el hotel en Caracas y sobre todo la paga! ­– reclamo Alberto.

 

­–Buen punto —indico ella— está bien iré para allá ­– añadió.

 

­–Bueno te dejo, aún tengo mucho trabajo que hacer ­– declaro Alberto alegremente.

 

Trizia frustrada cuelga el teléfono y lentamente se encamina hacia su habitación, mientras su amiga aun sorprendida dijo: No piensa ir de verdad a Caracas.

 

­–Claro que si – contesto Trizia.

 

­–Pero Trizia es la cuidad más peligrosa de Latinoamérica ­– replico Olivia.

 

­–¡Ah eso es pura publicidad! ­ – comento Trizia.

 

–¡Publicidad! – proclamo Olivia indignada; –Entonces no vez la noticias sobre lo convulsionada que esta la política venezolana ­– añadió esta.

 

­–Olivia sé que me estás diciendo esto con todas las buenas intenciones del mundo, pero yo no voy a perder mi oportunidad de hacer una película para Dream Works, además como dijo Alberto será una buena oportunidad para conocer Caracas –

 

­–¡¿Pero porque Caracas?! – proclamo Olivia.

 

­–No lo sé Olivia y tampoco me interesa – replico Trizia saliendo de su cuarto, para posteriormente dirigirse a la salida.

 

­–¡OJALÁ TE VIOLEN! – grito Olivia muy molesta.

 

Las calles de Madrid estaban prácticamente desiertas y los poco transeúntes que había en la calle se refugiaban en los techos de algún restaurant o licorería para pasar el calor, exceptuando una chica de cabellera rojiza como el ladrillo quien iba caminando hacia el este de la cuidad, la chica para algunos caballeros era un bombón muy deseable y para las damas más recatada ella era una grosera, quizás todo se debía a su forma de vestir.  Aquella, como siempre utilizaba su camisa negra al igual que su falda roja corta, esa sin duda era su más fina arma de seducción.

 

Pero ella en aquel momento no estaba pendiente si ella recibía la atención de todos los hombres, sino que estaba más pendiente de llegar al consulado venezolano.  La calle (…) y (…) era el lugar indicado debido que allí quedaba la embajada venezolana, a la afuera había una fila de persona que deseaban que las atendiera, pero el hombre que estaba afuera gritaba: SOLO ESTAMOS ATENDIENDO A ESPAÑOLES QUE QUIERAN IR A VENEZUELA.  Una persona de la fila le grito en tono de pregunta graciosa: ¿Quién SERIA TAN PENDEJO PARA IR PARA ALLA?  Apenada Trizia levanto su mano y todos los presentes se quedaron callados, exceptuando el hombre que estaba afuera dando la información quien le pregunto: ¿Es ciudadana española?

 

 –Si – contesto ella recudiendo a su habitual acepto español.

 

–¡Ven todavía hay gente que quiere ir a Venezuela! – determino el hombre; –¡Ven cariño, por aquí! – ordeno el hombre abriendo una parte de la cinta de seguridad.

 

Trizia con un poco de temor, paso la cinta de seguridad hacia las escalinatas que daban acceso al recinto, el hombre entonces le pregunta: ¿Qué necesita?

 

 –Una visa de trabajo – contesto la chica.

 

–¡¿Una visa de trabajo?! – se extrañó el hombre; –Yo no creo que para eso se necesite visa, pero de toda manera pregúntele a mi compañera Penélope – explico el hombre.

 

–Gracias – contesto Trizia subiendo las escalinatas, mientras todos los hombres de la fila se le quedaron viendo con cierto deseo, por su parte las mujeres de la fila solo se indignaron hasta incluso una de ella expreso en voz baja: presumida.

 

Al entra Trizia vio con buen ojo la estítica de aquel edificio y luego vio a la recepcionista la cual se estaba ligando las uñas, esta ni corta ni perezosa se dirigió hasta ella y le pregunto: ¿Usted es Penélope?

 

–No —contesto la chica aun concentrada ligándose la uña— la licenciada Penélope Ávila esta al final del pasillo de la derecha – agrego esta.

 

–¡Oh gracias! – replico viendo hacia el pasillo mencionado por la chica de la recepción, rápidamente la pelirroja se encamino hacia su destino.

 

El pasillo estaba solitario, en las paredes solo había pinturas excelentísimas de muchos hombres que ella no conocía, no fue hasta que llego al final del pasillo que recupero la compostura para tocar la puerta de la oficina.  Inmediatamente la voz de una mujer que grito desde adentro: ¡Pase!

 

Al entrar Trizia vio a la mujer que parecía ser la típica secretaria mala onda que de seguro la trataría mal, el simple hecho de que esta tuviese el cabello desarreglado, ojos negros, nariz en forma de pico, le recordó un poco a un incidente pasado que vivió en Nueva York, fue entonces que la señora con una voz muy amable le pregunto: ¿En qué te puedo ayudar?

 

–Deseo hacer un viaje a Venezuela, pero de trabajo, necesito una visa – dijo Trizia en un tono poco amigable.

 

–¿Ha estado alguna vez en Venezuela? – pregunto la señora.

 

–No – contesto Trizia.

 

–Bueno, le explicare el gobierno venezolano no da visa de trabajo, da permiso, siempre y cuando indique cuanto tiempo se vaya a quedar en el país – explico la señora amablemente.

 

Trizia primero se extrañó al recibir un trato muy amigable de parte de la señora y también se sorprendió al oír una voz tan dulce que rayaba casi en lo absurdo, fue entonces que la señora le pidió el pasaporte, la pelirroja obedeció a la señora entregándole dicho documento; amablemente la señora agarro el documento de identidad y en su computadora abrió un formato de Word.

 

–A ver —dijo la licencia— Patricia Valiente Pérez – comento la dama.

 

–Este…, si mi padre no era muy original con los nombres – expreso ella.

 

–¡Esta loca mujer! —exclamo la funcionaria— a mí me gustaría tener un nombre así, en vez de tener el nombre de una puta – añadió aquella mujer.

 

–Bueno si lo pones así, creo que tiene razón – replico; –Es más mis amigos, conocidos e incluso mi propio padre me dicen Trizia – agrego.

 

–Mas a tu favor —puntualizo la mujer— trata de acorta mi nombre sin que suene en tu sabe que – aludió.

 

–Este…, eh…, ah…, creo que no puedo –

 

–No sabes el trauma que viví en mis primeros años, pero luego lo superé –

 

–¡Me imagino! – proclamo Trizia debido a la actitud de la mujer, la cual en todo momento fue alegre y divertida, aunque aún se acordaba de la mala experiencia de ella en la gran manzana.

 

La señora en cuestión miro el monitor de su computadora y empezó a teclear toda la información reflejada en el pasaporte de la chica, mientras Trizia observaba el cuadro de un hombre muy feo, allí esta dice: ¡Que horrible cuadro!  La funcionaria también vio el cuadro en cuestión y con cierta mirada de mutuo acuerdo, Penélope le expreso: Ya somos dos.

 

–¿Quién es ese? – pregunto la chica horrorizada.

 

–Según el expresidente Chávez y el actual presidente Maduro él es libertador Simón Bolívar – respondió Penélope; –Pero yo en lo personal me quedo con ese cuadro – indico la mujer apuntando hacia su derecha.

 

A la derecha de ella se encontraba otro cuadro de Simón Bolívar el cual era un poco más artístico y más detallado, el más ni siquiera se parecía al otro cuadro, porque el cuadro de aquel hombre parecía más el de un príncipe que el de un libertador, Trizia quedo encantada por el cuadro que ni siquiera se dio cuenta de cuando la funcionaria termino de teclear.  No fue hasta que aquella señora le saco de su concentración y la trago al mundo real.

 

–¡Señorita! – llamo Penélope.

 

–¡Ah sí! – respondió la chica volviendo en sí.

 

–Le hare un cuestionario rápido para darle el permiso – argumento la funcionaria.

 

–¡Ok! –

 

–A ver —expreso— ¿será la primera vez que visite Venezuela?

 

–Si – contesto Trizia.

 

–¿No posee ningún familiar residenciado en el país? –

 

–No –

 

–¿Posee alguna afiliación con algún partido político de la oposición oligarca? –

 

–No –

 

–¿Usted posee alguna afiliación con el gobierno español o con el partido obrero socialista español? –

 

–No –

 

–¿Usted posee alguna afiliación con el gobierno norteamericano? –

 

–No –

 

–¿Usted posee alguna tendencia política? –

 

–No –

 

–¿Está de acuerdo con las sanciones unilaterales impuesta por el gobierno norteamericano? –

 

–No estoy segura de contesta esa pregunta – respondió Trizia.

 

La funcionaria tecleo la respuesta de la joven en su computador y cuando se dispuso a continuar con el interrogatorio, Trizia aprovecho la oportunidad y le pregunto: ¿Oiga señora cuánto dura esto?

 

–No lo sé —contesto la señora— son unas doscientas preguntas y apenas vamos empezando – añadió esta.

 

–¡Ha no son tanta como yo creía! – declaro Trizia inocentemente.

 

–Sigo – continuo la mujer de la embajada.

 

A pasar las horas, Trizia ya se quería ir para su casa y pensar que algunas preguntas de aquel cuestionario eran increíblemente estúpidas y otras incluso eran hasta absurda, pero ya había llegado al final del cuestionario, luego de ello la mujer imprimió dos fichas pequeñas, una la cual sello y guardo en una gaveta, y la otra se la entregó a Trizia esta vez con una voz más autoritaria diciéndole: Firme y coloque sus dos pulgares. La chica antes de hacerlo leyó el papel el cual debía firma y se percató que ninguna de la pregunta que se le hicieron apareciera en papel y fue ahí que la fémina pregunto: ¿Y las preguntas y respuesta?

 

–Ese era un formulario para darle el permiso, el cual debe firma – contesto la funcionaria.

 

Trizia firmo el papel y con un hullero estampo sus dos huellas dactilares para así devolverle el papel a Penélope, la mujer vio el papel lo sello, y acto seguido la funcionaria le devolvió el papel esta vez diciendo: Bienvenida extraoficialmente a la República Bolivariana de Venezuela, debes presentar este papel en el puerto de extranjería e indicar cuanto tiempo desea quedarte en país por tu trabajo, no lleve nada que tenga que ser nacionalizado porque entonces tendría que pagar un impuesto especial, si vas a llevar dinero en efectivo procura que sean dólares porque si llevas euro te podría estafar, lo mínimo que te dejan ingresar es treinta mil dólares, mi sugerencia es que lleves 1.000 dólares no más ni menos; trata de no hacer proselitismo político con ningún partido opositor venezolano y todo estará bien.

 

 

–¡Oh gracias Señora Penélope! – exclamo Trizia alegremente.

 

–Recuerda una vez termines tu trabajo en Venezuela debes dirigirte a la oficina de extranjería para que te sellen este papel y pague un arancel especial, en el caso que vaya a trabajar con una compañía privada por el tiempo que este en Venezuela que te otorguen una referencia laboral para que el Seniat le cobre el impuesto de permanecía – explico la funcionaria.

 

–¡Oh gracias! Por cierto, ¿Cuánto cuesta este permiso? –

 

–Este permiso es gratis por noventa días, luego de ello debes pagar una comisión de 0,05 % del impuesto sobre la renta, el cual se calcula en bolívares, allí tendrá que buscar un abogado o abogada que te pueda asesora con ese tema – contesto Penélope.

 

–¡Gratis por noventa días! – proclamo la pelirroja; –¿Por qué nunca vine antes para Venezuela? – se preguntó.

 

–Quien sabe – respondió Penélope.

 

Trizia se levantó de la silla, salió de la habitación muy alegre y cuando piso la calle noto que ya era de tarde y se extrañó que aun dentro de aquel lugar aun hubiese personal laborando, pero aun así no le importo y continuo con su alegría hacia su casa.

 

 

–Fin de la primera parte—

 

 

Es obvio que para hacer este “fanfic” tuve que inventar algunos mecanismos para entra a Venezuela, y también tuve que inventar la trama principal la cual me dolió un poco porque México es gran exponente en doblaje de voces animadas (cartoon), pero esta vez debía ser nacionalista y tuve que alegar que mi país también ha hecho grande producciones de voz como: (Las primeras temporadas de los Padrinos Mágicos, Steven Universe, el precio de la historia y otra producciones de History Channel, también algunas producciones de Lifetime entre otras). También debo destacar que Trizia nos visitó en el año 2019, un año muy convulsionado para nuestro país y tratare de ser lo más imparcial para que dicha “visita” de Trizia se lleve una buena impresión de nosotros, en vez de ver todo lo negativo que hay en nuestro país.

 

Usuario: ¿Antonio cuantas partes harás de Trizia?

 

Yo: No se

 

Aviso legal: Trizia o Patricia y Olivia son personajes pertenecientes al artista español Pedro Valiente Pérez quien le permite al autor de este “fanfic” hacer uso de sus personajes y que este “fanfic” se hace bajo las características de los fanfic ósea sin fines de lucro.  Su lectura y distribución de la obra en PDF es de forma GRATUITA.

 

Eso es todo por el momento lo espero en la próxima parte, escribe para ustedes A.F.Echenique