El sonido seco y aturdido de un despertador
viejo, despierta a una adorable y extraña pareja quien dormía plácidamente,
allí el macho aturdido por aquel sonido proclamo: ¡Bienvenido a la realidad!
–Tarde o temprano iba a llegar Nick, tarde o
temprano iba a llegar – índico la hembra amablemente pasando sus suaves patas
por sus ojos.
– ¡Zanahorias no podemos dormir cinco minutos
más! – asevero el macho zorro tratando de agarra a su novia para volver a
dormir, pero en ese momento esta le clava un golpe para despertarlo aún más y
con ello esta dijo: Es hora de dejar de flojear.
– ¡Auh Zanahorias! ¡Eso dolió! – proclamo el
zorro.
–Te puedo dar un beso de sanación para que no
te duela tanto, pero hay que trabajar –
–No es justo, quiero a mi novia flojosa, la que
era buena onda – replico el vulpino.
–Esa novia se fue a dormir, ahora queda tu
novia trabajadora a la cual tienes que acompañar para no llegar tarde – afirmo
la coneja seriamente.
– ¡Ya voy! – Contesto él; – ¡señora y señores
la detective en segundo grado Judy Hopps ha despertado! ¡ADORELAN! – exclamo
Nick graciosamente.
–Nick, ¿quieres que te deje sin sexo por una
semana? – menciono Judy seriamente.
–Mejor me callo – contesto Nick parándose de la
cama para ir a arreglase, mientras aun la coneja veía con cariño a su amado y
adorado novio, lamentablemente su tiempo de apreciación termino y la lagomorfa
también se puso arreglarse para ir al trabajo. El tiempo voló en aquel
departamento en donde macho y hembra ya estaba más que listo para inicial su
nuevo día de trabajo.
El traslado para la oficina fue rápido a pesar
de ser hora pico y daban gracias a dios que nadie en el metro lo habían reconocido,
y si lo hubiese hecho, los ciudadanos que se trasladaban en metro no lo
molestaron porque sabían que esto se dirigía a su puesto de trabajo. Finalmente
Nick y Judy llegan al departamento de policía, pasando por enfrente de una
recepción que estaba aún vacía y aunque no lo admitieran ambos policía
extrañaban aquel jaguar, aun así prosiguieron con su camino hacia la sala de
reuniones, ahí estaba Bogo esperando a que esto finalmente llegaran y ahí dijo:
Pasen detective, ¡tomen sus documentos! Zorro y coneja pasaron y tomaron de
pata de búfalo la orden emanada por la comisionada. Ahí Bogo procedió con la
reunión: Bueno como los detectives llegaron es hora de ponernos al día, primero
dígame señores Marcis, Porbas, y Vázquez que encontraron en su investigación.
–Señor encontramos que si se estaba cometiendo
robos y que esto robos se efectuaban con armas de fuego – contesto una leona
policía quien miraba a sus compañeros.
–Luego de una difícil persecución, logramos su
captura y también logramos adquirir los nombres de sus colaboradores y también
logramos identificar su banda – agrego un cerdo joven algo rechoncho quien
también veía a su compañero.
–Ellos también nos dieron el nombre de su
proveedor de armas un tal Julián Sinclair quien fue un socio muy cercano de
Jean Piolar – culmino un oso pardo.
Judy se tapó la boca con ambas patas y Nick cerró
sus ojos para luego ponerse dos dedos de su pata en la cuenca de sus ojos y
dijo potentemente: ¡CA-RA-JO!
– ¡Oh si Wilde y hay más! – replico Bogo
amargamente; –Pueden sentarse Marcis, Porbas y Vásquez, ahora Del gato, O’gins
y Maccuerno ustedes que encontraron – indico Bogo.
La leona, el cerdo y el oso se sentaron para
que luego se parara un león, un ovejo y un rinoceronte quienes se levantaron a
exponer su caso. –Nosotros – dijo el león primero.
–Nosotros encontramos pruebas de tráfico de
estupefaciente en distrito forestal… – narro Del gato.
–Esta prueba, en conjunto a un trabajo de encubierto
arrogo nombre de algunos sospechosos, sospechosos que también investigamos y
que todo ellos remiten a una sola persona – siguió O’gins.
–Que es tal Julián Sinclair no trabaja solo
sino que trabaja con un macho conocido como “él” y que este “él” había
trabajado con adivine quien… –
– ¡Jean Piolar, verdad! – contesto Nick sin
quitarse los dedos de su cara.
–Exactamente – contesto Maccuerno.
Judy no lo podía creer en apenas una semana de
ausencia y Jean Piolar aún seguía haciendo de la suya desde prisión, Allí Bogo
dice: ¡Oh y hay más! Del Gato, O’gins y Maccuerno siéntese y pasen Flores,
Rayas y Wolfing.
El león, el ovejo y rinoceronte se sienta para
inmediatamente levantarse un venado, un tigre y un lobo, nuestra investigación
en Trundatown dejo muchos frutos, gracias a nuestras informante en primer
lugar, hay un criminal muy poderoso reclutando algunos animales jóvenes para
una misión muy importante… – dijo el venado.
–Nuestra informante también afirma que esta
misión se trata del traslado de armas y explosivo potente… – continúo el tigre.
–Peor lo más resaltante es que esta misión con
llevaría activar alguna empresa que su antiguo jefe Jean Piolar se había
extinguido – agrego el lobo.
– ¡Rayos y centellas! – exclamo la coneja
mientras su compañero aun trataba de comprender todo lo que estaba pasado.
– ¡Quieren aún más! – indico Bogo algo
sarcástico.
–No – contesto el zorro; –Creo que quedó claro
– apunto Nick algo estresado.
–Yo puedo entender que a ustedes le di una
semana de descanso, pero creo que durante esa semana de descanso nuestro amigo
Piolar aún sigue molestando incluso estando en prisión, así es que ustedes
tendrá trabajo, averiguar quién es el tal Julián y el fulano “el” además de otro
colegas que esto tenga, para cualquier progreso ustedes trabajaran en conjunto
a su compañero y eso le pasara informe constantemente, pero sin dormirse en los
laureles – indico Bogo; –Por cierto dentro de unos minutos la comisionada lo
llamara, ¿para qué?, ni yo lo sé – asevero Bogo firmemente.
–Si señor – contestaron ambos oficiales.
–Por cierto, ahora como detective grado dos,
pueden venir a la estación con ropa civil obviamente con su placa bien a la
vista para que sean reconocidos como oficiales de la ley, así es que Hopps deja
de usa ese estúpido disfraz a partir de mañana y es una orden – indico Bogo.
–Si señor – contesto la lagomorfa.
–Ahora todos ustedes A TRABAJAR – ordeno Bogo
finalmente.
Todos los agentes salieron de aquel salón muy
animado excepto dos oficiales quienes llevaban en su patas un montón de carpeta
en donde se exponía los casos de sus compañeros y que ahora esto dos tenía que
revisar en su oficina, al llegar a esta el vulpino se dispuso abrir la oficina y
rápidamente después de la apertura de la misma, inmediatamente el teléfono de
esa oficina suena y allí el zorro quien sostenía una parta de aquella carpeta,
la dejo en su escritorio para contesta el teléfono: Oficina de los detective
Nicholas Wilde y Judy Hopps, habla el detective Nick Wilde, ¿Con quién tengo el
gusto de hablar?
–momento
por favor, esta es una llamada desde la comandancia general de Zootopia,
redirigiendo con la comisionada – contesto un macho de otro lado de la línea.
– ¿Quién es? – pregunto la coneja en voz baja,
arrogando la otra carpeta en el escritorio.
–La gruñona – contesto Nick susurrando también,
pero tapando el micrófono del teléfono para que nadie lo oyera; luego de eso la
osa contesta el teléfono y dijo:
–Bueno
día detective Wilde, espero no incomodarlo con mi llamada, pero tengo que
hacerlo debido al hecho de que ustedes llevan el caso de Piolar; bueno debido a
unos asuntos burocrático que no viene al caso, hoy a su oficina llegara un
agente del F.B.I para estudiar el caso que ustedes llevan, es menester aclarar
que él no puede extraer ningún documento, ya que aún hay algunos remanentes.
Espero que su presencia no les incomode y que si se pone obtuso me lo dicen
inmediatamente para reportarlo al imbécil de su jefe, eso es todo por mi parte
– reporto Siul.
–Descuide comisionada, entendemos su situación
– indico Nick.
–Cambio
y fuera – respondió Siul colgando el teléfono. Nick se
sienta en su silla para relajarse y allí nuevamente proclama: CA-RA-JO, ¡Va a
ser una semana difícil!
– ¿Qué te dijo? – pregunto Judy algo asustada.
– ¡Vamos a ser invadidos por el F.B.I! –
contesto Nick ajetreadamente.
– ¡Dulce galleta con queso! – exclamo Judy
agriamente también. Luego de aquellos ambos agentes se pone a leer todos los
archivos puestos en la mesa con la esperanza de que ex socio de Piolar fuera
fácil de encontrar.
La tarde llego a la ciudad de Zootopia y nada
pareciera haber cambiado en la estación de policía, pero repentinamente llega
un vehículo amarillo parecido al Chevrolet camaro 2008, pero con algunos rasgo
de un lamboginni, el cual se para en toda la entrada de la estación policial y
de este vehículo se bajó un conejo gris pero con rayas en algunas parte de su
pelaje para dirigirse rápidamente a dentro de aquella edificación. Ya adentro
del edificio este se dirige hacia la recepción ocupada por una jirafa y un
chacal hembra quienes organizaban algunos documento en aquel lugar; entonces el
conejo apresuro el paso para llegar a la recepción en donde estaban aquella hembra
y al llegar pudo ver el gafete el cual decía: <Garraza B> y allí este con
un tono de amabilidad dice: Hola buena tarde, ¿quiénes de las dos es Garraza B?
Las dos hembras giraron su cabeza para ver de
dónde emanaba aquella voz, hasta que el propio lagomorfo indico: ¡Aquí abajo!
La chacal tanto la jirafa bajaron su mirada y allí
vieron al hermoso conejo que se encontraba ahí parado, fue en ese entonces que
este con su tono amable y delicado volvió a pregunta: ¿Quién de la dos es
Garraza B? Ambas terminaron viéndose la cara y respondiendo al mismo tiempo:
¡NINGUNA!
– ¿Entonces quiénes son? – pregunto el conejo
amablemente.
–Somos la recepcionista encargada el día de hoy
– contesto el chacal hembra; – ¿En que lo podemos ayudar? – pregunto la canina.
– ¡Ah bueno! –Contesto– nuevamente buenas tardes,
soy el agente del F.B.I Jack Savarge, me enviaron desde Washington para
investigar y estudiar el caso de Jean Piolar – agrego el conejo.
– ¡Oh sí! Nos notificaron que un agente de
F.B.I vendría, pero esperamos a alguien más grande por esta oficina, pero ya
estamos acostumbrada a las cosas raras, sobre todo en esta ciudad – índico el
chacal hembra.
–Pero antes de dejarlo pasar por favor sería
tan amable de enséñanos su placa y la orden de la comisionada o en su defecto
la orden de su jefe– añadió la jirafa de forma precavida.
–Si, como no –contesto– aquí está mi placa y la
orden de director – replico Jack entregando la placa y el documento de su jefe;
–Por cierto no me han dicho su nombre – apunto el conejo amablemente.
–Mi nombre es Teresa Pridge y la jirafa aquí
presente se llama Socorro Cuadrado – contesto el chacal hembra.
–Era necesario decir mi apellido… sabes que
mejor ni me responda – apunto la jirafa apenada por su apellido, allí esta
levanta el teléfono y marco el número de la oficina de Wilde y Hopps.
Por su parte Nick y Judy aún seguían haciendo
anotaciones sobre las investigaciones de sus compañeros y en ese momento el
zorro dice: Piolar si tenía varia forma de joder.
–Traficante tenía que ser – proclamo Judy
amargadamente.
–Te voy a demandar por robarme las palabras –
aclaro Nick jocosamente.
–Por algo soy tu novia – replico Judy
graciosamente.
En ese momento suena el teléfono de la oficina
de los detectives y Nick lo agarra pero sin antes decirle a su novia: Eres la
mejor. Para luego contesta el teléfono: Oficina de los detectives Nick Wilde y
Judy Hopps, habla Nick Wilde en que lo podemos ayudar.
– ¡Wilde
llego el emisario de Washington! – apunto la jirafa.
–Carajo – contesto el zorro; – ¡hazlo pasar! Ya
que, ordenes son órdenes – agrego el zorro.
La jirafa colgó el teléfono sin despedirse y
allí se dirigió al agente de F.B.I y con una actitud tosca dice: ¡Tome!
Entregue esto a los detectives Nick Wilde y Judy Hopps, la oficina de ellos
está en el primer paso, oficina 9, yo me voy a descansar al sótano.
– ¡Mas te vale que te da por allí! – exclamo la
canina.
–PUDRETE
PRIDGE – grito la otra hembra retirándose de la recepción, allí la otra hembra
dijo: Disculpe todo este teatro, pero a mi compañera no le gusta que la llame
por su apellido por eso todo aquí la llamamos Pizle, puede subir ahora.
El lagomorfo no dijo palabra alguna, ni
comentario alguno, pero él sabía que hasta los mejores sitios hay algunos
compañero extraños o explosivos, los cuales a veces no controlan su carácter;
rápidamente el oficial de F.B.I subió la escalera con cierta prisa y al llegar
al primer piso paso por el frente de algunas de la oficina de algunos
detectives quienes estaban concentrados en su casos. Finalmente el conejo llego
a la oficina nueve en donde se hallaba el nombre de los detectives: Nicholas
Wilde y Judy Hopps. Allí este toca la puerta y desde adentro de la oficina
dice: ¡Pase! El roedor gira el picaporte
e inmediatamente ve al vulpino sentado a la cabeza del escritorio e
inmediatamente ve a la coneja quien estaba sentada de otro lado de la mesa, el
conejo no podía creer lo que estaba viendo; una coneja policía, pensaba que
jamás vería a alguien más de su especie ser un funcionario público, parece que
se equivocó. La lagomorfa escribía y escribía todo lo que ella encontraba en
aquello informe, sería muy poco profesional sacarla de su pensamiento, no fue
hasta que la voz de otro macho lo hiciera entrar en razón.
–Podemos ayudarlo con algo señor – dijo el
zorro algo molesto, inmediatamente el lagomorfo salió de su pensamiento para
dirigir la mirada al vulpino que lo veía con mala cara y con una actitud
demasiado seria para ser el mismo Nick Wilde, allí el pequeño mamífero dijo:
Buenas tardes oficial…
–Wilde, Nick Wilde – contesto el zorro aun
molesto con aquel conejo; – ¿Y tú? – pregunto seriamente.
–Mi nombre es Jack, Jack Savarge, soy el agente
del F.B.I enviando por Washington para la investigación de caso Piolar – contesto
Jack seriamente.
– ¡Tiene que ser una broma! – exclamo Nick dejándose
caer encima del escritorio, asustando a la pobre coneja; quien pregunta: ¿Qué
paso?
–Mira a la puerta – contesto Nick algo
angustiado.
La coneja vio a la puerta y vio el otro conejo
que estaba en la puerta y esta amablemente saludo con su pata y pregunto: ¿Qué
desea señor?
–Este…, yo…, este…, en…, ah…, eh…, – balbució
el lagomorfo a ver semejante hembra antes sus ojos, él no lo podía creer, era
una coneja de su misma especie, pero lo que más llamaba la atención en aquella
roedora eran sus ojos violeta; para nadie era un secreto que los conejo siempre
sacaban ojos azules, marrones, verde o ámbar, pero rara vez lo sacan violeta, y
allí Jack veía ante sus ojos un raro espécimen de conejo; sin dudas aquella
coneja era única tratándose de su especie.
–Señor disculpe, ¿Qué desea? – asevero la
coneja viendo raramente al conejo. Finalmente Jack sale de su trance y contesta
rápidamente: Buenas tardes señorita, mi nombre es Jack Savarge y soy el agente
enviado por Washington. La coneja se extrañó ante aquella afirmación y allí
esta le indica: Seria tan amable de facilitarme su placa y la orden de su
superior.
–Claro señorita… – contesto Jack sacando su
placa y la orden de mientras esperaba la respuesta de aquella coneja.
–Hopps, Judy Hopps – contesto la coneja
estirando sus patas para tomar la placa como la orden, al momento de agarra la
placa y la orden Judy pudo notar que aquello era de verdad, pero por su parte
Jack no se podía quita de su mente el tacto de la lagomorfa.
Luego de revisar aquello esta dirigió la mirada
a su compañero y dice: Nick, no hay ningún problema con esto.
–Zanahorias, yo no hablo del hecho que sea real
o irreal sino que se trata de un conejo – indico el zorro.
– ¿Y? – pregunto ásperamente la coneja como si
no le importara.
–Que Washington te envió un pretendiente –
asevero el zorro tristemente.
–Tú si eres estúpido Nick, yo solo tengo ojos
para alguien y eres tú – apunto Judy seriamente.
–Qué bueno es saberlo – replico Nick algo
alegre.
La coneja devolvió la mirada al conejo quien
esperaba el regreso de su documento, allí esta exclama: Bueno Sr. Savarge todo
está bien, en un momento le traeremos una silla para que se siente.
– ¿Ustedes son lo que llevan el caso Piolar? –
pregunto el conejo.
–Claro y también llevamos sus remanentes, pero
descuide hacemos lo que podemos – contesto y afirmo Judy seriamente.
–Aunque parezca lo contrario – agrego Nick
volviendo a escribir en su documento.
–Nick, sería tan amble de buscarle una silla –
proclamo la coneja. En ese momento el zorro la vio y exclamo: ¡En serio!
–Si por favor – contesto Judy tiernamente.
–Bueno, pero solo si me das un beso – apunto
Nick seriamente.
La coneja no lo pensó dos veces y beso a su
amado zorro en la boca, dejando a conejo muy sorprendido quien no podía creer
lo que estaba viendo. Aquello oficiales era pareja, pareja que demostraba su
afecto en público, pero lo más increíble era que eran de dos especies
diferentes, precisamente un zorro y un conejo, aquello hizo quedar en shock a
pobre conejo quien vio sus posibilidades con aquella lagomorfa destruida. Nick
se separó de la coneja y fue a buscar la silla del conejo quien se había
quedado petrificado en la puerta y ante aquella ausencia del vulpino, el roedor
pregunto: ¿Cómo paso todo esto?
–Pasando – contesto Judy fríamente.
–¿Y su jefe se lo permite? – pregunto Jack
extrañado por la rareza de aquella pareja.
–Sí, porque no estamos haciendo nada ilegal –
contesto la coneja; – Además no hay ninguna regla en esta estación que lo
prohíba – agrego esta firmemente
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