Aquellos osos se dan la pata y rápidamente se sienta en su respetiva silla, la disfrazada comisionada de policía exclama: ¡Bonita día para hacer negocio!

–Efectivamente señorita Elena – respondió Piolar.

–La señorita Elena Garmin tiene un negocio para usted señor Piolar, un negocio que no puede rechazar – asevero Cooper.

–Eso lo juzgare Cooper – puntualizo Piolar.

Mientas aquello ocurría Finnick y Mercy había llegado al edificio donde Piolar escondía sus armas y drogas y allí Finnick dice: ¡Lista!

–Nací lista – contesta Mercy.

Finnick se baja de la patrulla por la puerta delantera del conductor y por la puerta de copiloto se baja Mercy quienes son seguido por una escuadrilla especial designado para la operación con órdenes especifica de dispararle a cualquier que se resistiera al arresto y si espera una orden de su jefa porque está ya la había dado entra al edificio donde se había escondido hace un par de día y ahí Mercy grita: ¡TODO EL MUNDO QUIETO!

– ¡Oye yo quería decir eso! – exclamo Finnick.

–Para la próxima chaparrito – informo Mercy.

– ¡QUE NO ME DIGA CHAPARITO! – grito Finnick.

–Como sea es hora de designa grupo – asevero Mercy.

–De acuerdo–contesto– Grupo uno vendrá conmigo, grupo dos ira con Mercy – ordeno Finnick.

Los agentes cabecearon para confirma la orden de aquel fenéc e inmediatamente se dividen en dos grupo quienes entra con rapidez al interior de edificio agarrando por sorpresa a todos su empleados, en aquel acto sacado de una película de acción los trabajadores lo único que puede hacer es quedarse quieto ante la acción policial que se desarrollaba cuando Finnick proclama: MERCY VE AL SOTANO Y YO IRE ARRIBA. Mercy asiente con la cabeza y grita: ¡TODOS AL SOTANO!

Mercy obedece la ordenes de Finnick y rápidamente se dirige al sótano de aquel edificio y al entra descubren como unos contrabandista metían alguna armas en unos contenedores de agua a su vez de como otros enrollaban paquete de cocaína, heroína y otro tipo de drogas que sería nocivas para la nación. En ese instante aquel puercoespín hembra exclama: ¡Bingo!

Por su parte Finnick subía en el ascensor del edificio y al llegar al último piso él y sus agentes gritaron en voz alta: ¡TODO EL MUNDO QUIETO! Aquella situación tomo por sorpresa a todos los animales que hicieron caso a las órdenes dadas por los oficiales de la ley, en ese momento Finnick agarra la radio y exclama: Tengo a los jefes.

– ¡Pues yo tengo a los contrabandistas!– replico Mercy.
– ¡Ay que notifícale a la jefa! – asevero Finnick.

–Yo tengo su número de teléfono, yo le digo – puntualizo Mercy.

– ¿Desde cuando tienes el número de la Jefa? – pregunto Finnick.

–Luego te explico – contesto Mercy cortando la comunicación con su compañero para agarra su teléfono para llamar a su jefa.

Al otro lado de la cuidad los osos polares disfrutaban de su elegante almuerzo y allí Siul dice: Es el mejor bagre que he probado.

– ¡Imagine comer los pecados y las aves más finas de esta tierra todos los días! – comento Piolar.

–Sr. Piolar no sea tan modesto, además solo son peces – puntualizo Siul.

–Pero esto son lujos que nunca se darán otro tipo de animales que no están a nuestra altura y menos con lo que gana– aclamo Piolar.

–Dígame una cosa señor Piolar, ¿De cuánto dinero estamos hablando con esta operación? – asevero Siul.

–15.000 millones de dólares – respondió Piolar.

–Eso es lo que usted gana con toda la operación – asumió Siul algo sorprendida.

–No, eso es lo que estoy dispuesto a negociar con usted – puntualizo Piolar.

– ¡Vaya señor Piolar usted no está con rodeos! – argumento Siul.

–Toda mi vida he sido un hombre de negocio muy directo y digo lo que es al tiempo que corresponde – asevero Piolar.

Siul iba a decir algo, cuando es interrumpida por su teléfono y allí ante la presencia de aquel oso dijo: ¡Ups, señor Piolar pero tengo que contestar!

–No se preocupe señorita Elena – contesto Piolar.

Siul inmediatamente responde el celular delante de Piolar y con una voz muy amable pregunta: ¿Qué quieres?

–Comisionada tenemos los cargamentos de Piolar – respondió Mercy emocionada.

– ¡Oh si es bueno saberlo! – comento Siul seriamente.

–Está bien comisionada se oye medio rara – insinuó Mercy.

–Tranquila todo está bien – respondió Siul colgando el teléfono y allí ante la presencia de Piolar dijo: Quiero más.

– ¿En cuánto piensa señorita Elena? – pregunto Piolar.

–30 millones de dólares – contesto Siul seriamente.

–Bueno déjame hacer unas llamadas telefónicas – asevero Piolar.

–Tómese todo el tiempo que quiera – puntualizo Siul.

Piolar separa de la mesa y se dirige afuera del restaurant, mientras Siul ultima el siguiente paso de su operación. Piolar intenta comunicarse con su segundo al mando pero no le responde, Piolar intenta llamar a su segundo al mando pero tampoco le contestaba, hay algo comenzó a parécele algo sospechoso e inmediatamente revisa una aplicación que le permite entra al sistema de la cámara de seguridad que estaban instalada en su edificio y hay ve que la policía estaba en su edificio sacando todo el material que tenía, rápidamente sale de aplicación y busca en su directorio el número de alguien quien lo ayudaría  y marca rápidamente un número desconocido y al caer la llamada una voz femenina contesta severamente: Espero que sea importante
–Si lo es, pero por pura curiosidad conoce a una tal Elena Garmin –  contesto Piolar.

–No conozco ese nombre – respondió la extraña hembra.

–Mucha gracias y disculpe la molestia – respondió Piolar.

Piolar se asustó y decide abandonar el lugar así es que llama a un taxi el cual aborda con rapidez y le proclama con voz desesperada: ¡AL EDIFICIO CONNOR Y RAPIDO!

–Si señor – replico el taxista acelerando su automóvil a todo lo que da para salir de lugar lo más rápido posible, por su parte Siul y sus agentes esperaba aun por el regreso de Piolar pero aquel regreso no sucede y ahí Judy exclama: ¡Creo que nos descubrió!

– ¡QUE, imposible! – exclamo Siul.

–Disculpe mi atrevimiento comisionada, pero si hubiese querido regresar ya lo hubiese hecho – pondero Nick algo pensativo.

–Su detective tiene razón señorita García – agrego Cooper.

–Nick ve a ver dónde diablos esta Piolar y si no está asumiré toda la responsabilidad de dejarlo ir – asevero Siul.

–Si madame – replico Nick obedeciendo las órdenes de su jefa, estando ya afuera de aquel lugar no vio ni un vestigio del oso polar que estaba con ellos así es que rápidamente regresa corriendo hacia dentro del restaurant y con una cara de asustado pronuncia: No esta comisionada.

– ¡Diablos! – contesto Siul en voz alta.

Al otro lado de la cuidad Finnick contaba todas las drogas y armas incautadas mientras Mercy buscaba otro tipo de documento que involucran más a Piolar con esa operación ilegal y al terminar de contar las drogas y las armas Finnick dice: Estamos en problema Mercy.

– ¿Por qué lo dices Fin? – pregunto Mercy.

–Recuerda que la jefa nos digo que íbamos a encontrar mercancía valorada en mil millardos de dólares – explico Finnick.

–Si lo recuerdo, ¿Por qué lo menciona? – contesto y pregunto Mercy.

–Porque haciendo cálculo de toda la mercancía incautada y acabo de descubrir que 1 mil quinientos millones de dólares – explico Finnick.

– ¡Que! – exclamo Mercy.

–En serio no estoy jugando si algo aprendí en bajo mundo de las estafa es a contar muy bien – pondero Finnick.

–Yo no cuestiono eso Fin, pero está seguro de lo que dices – asumió Mercy.

–Muy seguro – contesto Finnick.

–Esto se va a poner feo – replico Mercy.

–Yo llamo a la gruñona – puntualizo Finnick.

– ¿Qué gruño…? ¡Ah sí llámala tú! – contesto y replico Mercy.

–Cobarde – comento Finnick marcando el número de su jefa y al contestar Finnick pronuncia: Tenemos un problema.

– ¿Qué quieres decir con eso Finnick? – pregunto Siul.

–Nos digo que encontraríamos mercancía valorada por mil millardos de dólares, pues haciendo una revisión de la mercancía que encontramos y haciendo unos cálculos la mercancía está valorada por 95 millones de dólares faltando una mercancía valorada por 1 mil quinientos millones de dólares – explico Finnick.

–Imposible – comento Siul algo indignada; – ¡Esta seguro! – asevero Siul.
–Muy seguro comisionada Siul – persevero Finnick.

–Bueno por lo menos tenemos a los implicados detenidos – asevero Siul.

–Si comisionada – contesto Finnick.

–Entonces tráiganlo a la estación y llevemos esta lucha a un nuevo nivel – persevero Siul.

–Como ordenes comisionada – respondió Finnick cortando la llamada y allí le anuncia a su compañera: ¡Vez no fue tan malo!

– ¡Ok, ok no te pongas sensible! – aclamo Mercy.

–Además de que nunca nadie es más gruño que yo – puntualizo Finnick.

–Excepto con tu señora esposa – comento Mercy muy coquetamente.

– ¡Odio haberte contado sobre mi esposa! – exclamo Finnick.

–A mí me parece bonito que ames mucho a tu esposa – comento Mercy.

-Gracias por tu opinión, pero tenemos trabajo que hace – persevero Finnick.

Luego de que el escuadrón subiera al último cómplice de Piolar Finnick y Mercy se suben a la patrulla para dirigirse a la estación de policía para seguir investigando toda esta odisea.