Historia 6: Un veneno para la traición
Habían pasado ochos días desde que paso el
incidente con Ginger, Daisy y Luigi ya había regresado de sus vacaciones en
Acapulco, cada día Luigi y Daisy parecía ser más inseparable por su parte Mario
y Peach cada día estaban más cerca de comprometerse y dedicar su tiempo en la
familia que formaría, todo parecía ir en perfecta armonía, no fue hasta que un
día cualquiera la cosa cambiarían…
Es un miércoles por la semana, Peach revisaban
su correo en donde quemaba miles de carta de Haru por su parte Daisy veía la
televisión tan tranquilamente que no había una carta para ella que decía
Urgente; no fue cuando Peach le dijo: Prima tu carta.
–Deber ser de Diego – proclamo Daisy.
–Todavía tienes contacto con Diego – exclamo Peach.
–No realmente, pero digamos que mis padres
desean que yo me case con él, lo cual nunca pasara – afirmo Daisy.
–Por lo menos te manda una carta, en vez que a
mí me tocar que quemar mil cartas – recalco Peach.
–Tú crees que si te case con Mario deje de
enviarte carta – comento Daisy.
–Tal vez – respondió Peach; –Oye Daisy no vas
hacer nada con esa carta para quemarla – afirmo Peach.
–Dejármela revisarla antes de quemarla – afirmo
Daisy.
–Está bien Daisy, espero que no tenga ninguna
foto perturbadora de tu ex – aludió Peach.
–Ya te paso – comento Daisy.
–Sí y mejor no hablemos de eso – contesto
Peach.
–Desde Luego – respondió Daisy agarrando la
carta y con un poco de temor abrió la carta y de ella sale un frasco acompañado
de una foto de Mario, esta se extraña y dice: ¡Pero qué diablos…! Daisy agarra
el frasco que en su etiqueta solo decía: Bébeme. Daisy agarra el frasco y
siguiendo la indicaciones de frasco esta se toma todo su contenido, en ese
momento agarra la foto de Mario y dice: Mario es tan tonto que no sabe qué,
que, que… allí Daisy suelta el frasco y con una voz muy dulce: Lo amo. Daisy se
levanta de la silla y sale del castillo, eso extraña a Peach, pero ella
decide ignóralo y seguir con su tarea
diarias.
Por otra parte Mario estaba leyendo el
periódico cuando su hermano le dice: ¡Te llego esto!
– ¿De quién es? – pregunto Mario.
–No lo sé, no tiene remitente – contesto Luigi.
–Y si es una bomba de Bwoser – aludió Mario.
–Ya hubiese explotado hermano – respondió
Luigi.
–Tienes razón – contesto Mario.
–Ya vengo voy a buscar algo haya arriba –
enfatizo Luigi.
Mario ve la carta y luego de eso la abre para
arrogar un frasco acompañado por una foto de Daisy, Mario se extraña y agarra
el frasco con cierto cuidado en él decía: Bébeme; Mario sin dudarlo se tomó
todo el frasco el frasco y allí agarra la foto de Daisy y con una voz de
desprecio dice: Daisy eres tan fea, pero tan fea que, que, que… ¡Te amo! Allí
suena el timbre de su casa y este se apresura abrir la puerta y ahí descubre a
Daisy quien estaba ahí parada en la puerta. Mario sin dudarlo el beso justo
cuando de arriba bajaba Luigi con un paquete especial que deja cae al piso y
rápidamente regresa a su habitación llorando.
Por su parte Peach estaba leyendo un libro
cuando alguien toca a la puerta, ella había recordado que le había dado el día
libre a su Toads así que decidió abrir la puerta ella misma, para su sorpresa
era nada más que Rosy la que tocaba la puerta, esta dice: Hola Rosy que bueno
es tenerte aquí.
–Bueno vine aquí de visita y a ver si podíamos
hacer algo de chica tú, Daisy y yo esta noche – comento Rosy.
–Claro, pero pasa podemos planear algo mientras
Daisy vuelve – respondió Peach a pasar Rosy.
– ¿Y para donde fue Daisy? – pregunto Rosy.
–No lo sé, recibió una carta esta mañana y no
la veo desde entonces – contesto Peach.
Rosy se toma todo con alegría hasta que ve un
frasco en mueble y ella pregunta: ¿Y esto?
–No lo sé – respondió Peach.
Rosy agarra el frasco y lentamente se lo lleva
a la nariz y dice: ¡Oh no!
– ¿Oh no qué?, ¿Qué es eso? – pregunto Peach.
–Es una pócima de Amor y una de la más poderosa
– contesto Rosy.
– ¿Pero quién enviaría eso? – pregunto Peach
algo angustiada.
–No lo sé, pero algo me dice que alguien la
quería enamorar de alguien conocido y destruir una relación – respondió Rosy.
– ¿Pero la relación de quién? – pregunto Peach
angustiada.
–La tuya – contesto Rosy mostrándole una foto
de Mario.
– ¡Oh no! – exclamo Peach.
–Y hay algo peor – puntualizo Rosy.
– ¿Qué? – pregunto Peach.
–Si ambos se besan será difícil volverlo a la
normalidad – aseguro Rosy.
– ¿Cuánto te llevara hacer el antídoto? –
pregunto Peach.
–Un año – afirmo Rosy.
– ¿Y si Daisy y Mario no se han besado? –
pregunto Peach.
–Igual un año, lo ingrediente será difíciles de
conseguir – afirmo Rosy.
–No importa vamos hacer el esfuerzo – aludió
Peach: – ¡Vamos! – exclamo Peach.
– ¿Como que vamos? – pregunto Rosy.
–Yo te voy ayudar – puntualizo Peach.
– ¡Peach va hacer un viaje muy peligroso y
riesgoso! – aseguro Rosy.
–Mario me ha rescatado mil veces es hora que le
devuelva el favor – puntualizo Peach.
–Entonces vamos – afirmo Rosy agarrando a
Peach, ella estaba a punto de decir algo hasta ambas desaparecieron. Ahí Luigi
llega llorando y gritando: ¡Peach!, ¡Peach!, ¡PEACH DONDE ESTA! Luigi a no
recibir ninguna respuesta deja una carta en recibidor de Peach y allí este se
va dejando todo como esta.
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