*Así como esta en la leyenda de título, este
seguramente será uno de mis fanfic más raro, pero la idea me encanto desde el
primer momento que la leí en una viñeta de un comic desconocido y de un artista
desconocido, desde entonces esa historia no ha abandonado mi mente y por ello
he decido hacer este borrado a ver si gusta.*
La vida es un gran misterio, que nos ofrece
muchas experiencias en tan poco tiempo y aunque he vivido muy corto tiempo en este
plano, he aprendido que siempre se puede experimentar algo nuevo casi todos los
días, pues para mí esa no sería la excepción.
Era una mañana cualquiera de abril en la cuidad de Los Ángeles, como
siempre tomaba mi ducha matutina, antes de salir hacia mi trabajo, mientras oía
la televisión. Aquello me preparaba
para lo que fuese en una ciudad tan convulsa como lo era Los Ángeles, pero las
noticias eran las misma de siempre, hablaban sobre cuanto aumento el precio del
petróleo de quien estaba ganando más dinero y sobre todo una farándula que daba
miedo con escándalos que ni siquiera parecían unos.
A veces me pregunto, ¿Dónde quedo esa farándula
de antaño? Quien sabe, pero ahora vivo en el ahora y en este ahora todo da
vergüenza, grima y miedo. Al salir del
baño apague la televisión, me vestí de forma casual y salí de mi casa, una voz
raposa y madura pregunto: ¿Señor Yakko quiere que lo lleve?
–No gracia Phillipe – conteste siguiendo mí
camino hacia la reja de mi mansión para salir caminando; sé que dirán: ¿Por qué
nos usas tu limosina? Y la respuesta es
simple: Me gusta caminar. Además si no
hubiese salido a caminar ese día, no la hubiese conocido pero hablare de ello
luego. Por aquel momento todo me
parecía falso y vacío en aquella ciudad, ya no era lo mismo.
Caminaba por (…) estaba tan metido en mis
pensamientos que cuando la vi, ni note quien era solo note que era una bella
mujer que esperaba el autobús, estaba dispuesto a seguir con mi camino hasta
que finalmente mi cerebro se reaccionó que me le quede viendo. Ella por un momento se sorprendió por aquel
gesto y ahí me pregunto: ¿puedo ayudarlo?
–Sí, ¿Tú eres Betty Boop? ¡Verdad!
– conteste y pregunte al mismo tiempo.
– ¡Wow…! —Exclamo ella de forma coqueta— Ah
pasado mucho desde que me llamaron así… – añadió ella sonrojada y acomodándose
el cabello.
–No sé si me conozcas, mi nombre es Yakko.
Solía salir en el show llamado Animaniacs – me presente.
– ¡Oh Si, recuerdo ese show! ¡Ustedes eran
gracioso! – contesto ella dándome la mano y riendo un poco.
–Oye, tal vez te lo piden mucho… ¿pero podrías hacer eso? – comente súper
emocionado.
– ¡Oh! ¿Te refieres a? —Hizo una pausa— ¡Boop! ¡Boop! ¡Be doop! –
expreso ella con aquel mítico contoneo de cadera que la había hecho famosa.
– ¡Me encanta! – exclame alegremente.
–Qué bueno, ha pasado años desde que lo hice
por última vez – replico Betty aun alegre por encontrar un fan.
– ¿Oye, te molestaría si te invito un café? –
–Por supuesto que no —respondió— ¡aun mi
autobús no pasa! – añadió
Yo le sonreí amablemente, mientras aún
continuaba agarrando mi como si yo fuera una fantasía que fuese a desaparecer
en cualquier momento, obviamente yo no iba hacer eso, porque verla me encanto
el día, y ahora en mas no soltaría esa mano nunca.
>>>Nos
adelantamos en el tiempo>>>>
Otro día de reunión con mis hermanos, lo que
daría ahora por ser como Betty, libre de toda atadura con cualquier estudios,
pero yo sabía que eso no iba a pasar. Me
levante y no la vi a mi lado y por un momento pensé lo peor que era como las
otras chicas que había traído a la casa y que ella sería una más, pero algo por
dentro me estaba diciendo que estaba equivocado, que ella no podía ser así,
pero mi mente siempre me traía recuerdos muy amargo sobre mis antiguas
experiencias.
Quería llorar, pero mi mente me siguió
atormentando con recuerdo del pasado, pero repentinamente se abrió la puerta de
mi habitación y allí estaba Betty semi-desnuda trayendo una bandeja con algo
para desayunar, por un momento pensé que era una ilusión hasta que ella rompió
el silencio con su encantadora voz preguntándome: ¿Quieres comer?
–Cl-Cl-Claro – respondí con un leve tartamudeo
en mi voz.
– ¡Qué bien! —exclamo ella muy alegre— prepare hot cakes, un par de huevo revuelto y
algo de café – añadió Betty con esa
sonrisa que me devolvía la vida a mi pobre corazón.
–No debiste molestarte – exprese anonadado de
como ella se acercaba con aquella delicadeza tan característica de ella.
–No es ninguna molestia – recalco Betty
poniendo la bandeja encima de mis piernas para luego ponerse a mi lado;
–Después de todo tu eres mi novio – expreso ella con tanta determinación que
sin dudar se me quito cualquier mal que estuviese sufriendo mi corazón.
Ella rápidamente me vio y noto que aún no
comenzaba a comer mi desayuno y me pregunto: ¿Todo bien? Rápidamente me voltee y la bese sin ningún
tipo de medio, pero había peor mal que el tiempo, pero no pensaría en ello, por
el momento.
Lugo de aquel beso, nos pusimos a comer
tranquilamente, mientras disfrutábamos de un episodio de Good Doctor, al mismo
tiempo que intercambiamos caricias, al finalizar el desayuno nos pusimos algo
travieso...
—Historia
Inconclusa—



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