Es otro día más en una semi-lujosa casa a las afueras de la ciudad de Milwaukee, una señora mayor de ochenta años comenzaba a prepara su cocina para elaborar el plato para esa mañana y quizás para el resto del día, mientras que arriba en el baño su esposo, se recortaba la barba y tal vez un poco el bigote, aquel hombre se veía al espejo tratando de recordar, ¿Cuándo fue la ultima vez que se rasuro la cara? Vestigio del pasado adorna las paredes del piso superior a su vez unos cuartos vacíos, pero con letreros en sus puertas de sus antiguos propietarios.

 

El silencio combinado con los sonidos de las aves era perfecto para la mujer sacara de la alacena todos los ingredientes para hacer un pie; una idea que repentinamente se le ocurrió durante su pequeña estadía en la cocina, quizás aun recordaba la romántica escena que tuvo con su esposo, quizás tal vez quería enviarle una indirecta a su marido o solamente se le ocurrió para salir de la monotonía de los hot cakes por la mañana.

Por su lado el señor mayor salió del baño en dirección a su habitación que compartía con su señora desde hacia tiempo y misma que hacía un momento había sido testigo que aun con esa edad avanzada, aun podía tener acción. El viejo agarro una camisa a cuadro color caoba y rápidamente se la puso, para luego ponerse un jean cualquiera, y así como entro al cuarto así salió de este, nuevamente aquel señor paso por al lado de todos los vestigios del pasado, y esta vez se detuvo, pero a ver una foto de su familia completa.

En aquella foto se vio así mismo acompañado de su sensual esposa, sus hijas, aunque también aparecía su hermana y tan rápido vio esa foto una lagrima recorrió su cara, al recordar a su difunta hermana, pero aun así para él la vida continua, aun mas sabiendo que aun tiene una persona que lo ama y lo consiente, esa era su señora.

­­­–¡DIPPER, LLAMA A ANGELINA! – ordeno su esposa.

–Voy – contesto este con cierta voz de tristeza e inmediatamente baja la escalera para encender su Smart-tv táctil y disca en la pantalla el numero de su hija mayor y esperaba a que esta respondiera, para su suerte su espera no fue tan larga debido a que su hija contestaba rápido. Al verla Dipper alegremente dice: ¿Cómo está mi pequeña Angel?

–Bien – contesto Angelina.

<Angelina había creído tanto que aun recuerdo cuando me pedía ayuda con algo, aun no puedo creer en la mujer que se ha convertido mi amada hija, se parecía a su madre cuando tenia su edad, pero mas no podía pedir, si su vieja era la mujer más hermosa del mundo y que ella y yo hayamos fabricado tremenda hermosura>

–¡Papá me oíste! – proclamo Angelina algo confundida.

–Perdón hija, no estaba prestando atención, ¿qué me decías? –

–Los malditos…, perdón los parásitos verdes quiere que le hagan una nueva sonda marítima – explico Angelina algo angustiada.

–¿Qué hicieron con la otra? – pregunto Dipper.

 

–Se la dieron a la C.I.A y el resto es historia – contesto la joven mujer.

–Mándalos a lavar pocetas – destaco el señor.

–Me lo imagine – replico Angelina; –Por cierto, ¿Qué esta haciendo mamá? – se cuestionó.

–¡¿Buena pregunta?! ¡Vamos a averiguarlo! – expreso Dipper sacando su teléfono, para luego con un toque en la pantalla del Smart tv pasa la llamada hacia su móvil, para así padre e hija descubrir lo que estaba haciendo la otra habitante de la casa.

La señora de la casa estaba concentrada mezclando los ingredientes para el relleno del pie, que sería de frambuesa, aquella dama parecía toda una profesional a la hora de cocina, pero repentinamente su paz es interrumpida por su esposo quien cargaba en su mano, su teléfono por donde estaba su hija en una videollamada, ahí ambos pregunta: ¿Qué está haciendo?

Podría estar separados, pero aun padre e hija parecía esta sincronizado uno con el otro, la fémina de cabello blancuzco quien vestía un vestido fucsia tejido a mando y cubierto con un delantal blanco que su parte de abajo tenia bordado a una llama, vio a su marido e hija respondiéndoles: Estoy haciendo un pie.

–¡Pie! – exclama ambos e inmediatamente quedan embelesados, ambos sabían tanto padre como hija que cualquier dulce que preparase esa doña era majestuoso de probar; ambas bocas estaban deseosa de degustar el pastel que estaba haciendo agua sus bocas, ahí la joven treintañera pregunta: ¿Y ese milagro?

 

–¡Ah esto! Esto no es nada, solo quería hacer un pie, porque el primero que hice me quedo un poco salado y eso que lo hice con crema batida – respondió la señora, probando con la cuchara de madera la mezcla de frambuesa mientras hacia una cara atrevida.

Para su suerte, tanto padre e hija cataron el mensaje e inmediatamente ambos se sonrojaron, aunque luego su esposo también le devolvió la mirada de atrevimiento y complicidad, quizás la única asqueada en esa conversación, era Angelina he inmediatamente se pregunta: ¿Cómo es posible que ustedes todavía tengan sexo a su edad?

–Por que queremos – respondieron ambos padres.

–Además, tu y el sujeto ese también tiene, así que no hagas – añadió Dipper un poco molesto.

­­–Este…, ¡ah! Eh…, ¿Me guardarían un pedazo? –

Claro Angelina – respondió la madre.

–Por eso te quiero mami, eres la mejor – replico Angelina.

–¿Vas a venir esta noche y con él? – pregunto Dipper molesto.

–¡PAPÁ, déjalo en paz! – proclamo Angelina.

–Dipper, te está comportando como el imbécil de mi padre – comento su esposa.

–Está bien, lo dejare tranquilo – replico Dipper un poco disgustado.

–Bien, no quiero que ustedes dos se peleen, ya están muy viejos para esa gracia –

–¡HEY! —protesto su madre— ten más respecto Angelina, somos tus padres y aun podemos castigarte – comunico está molesta.

–A veces ni se para que abro la boca – expreso Angelina; –Por cierto, ¿Qué van hacer hoy? – les pregunto.

–Aún no sabemos – respondió su madre.

–Tengo un par de ideas en la cabeza, pero no se cual implementa – añadió su padre.

–¿Cuáles son tus ideas? – pregunto su mujer.

–Bueno Pacífica, estaba pensando en ir a tocar con los muchachos, también ir a la mansión rompedora, tener algo de sexo sadomasoquista, investigar el supuesto caso de los niños extraterrestre de la calle (…), ir a la cabaña del paraíso a tener más sexo, pero no sé por dónde comenzar –

Pacífica estaba maravillada con cada punto que Dipper había expuesto, pero repentinamente su hija interrumpió su fascinación, diciendo: ¿En serio papá, solo piensa en sexo?

 

–Hija en cada lugar que mencione tu mamá y yo tuvimos algo de acción en el pasado – puntualizo su padre.

–¡TRAGAME TIERRA! – exclamo Angelina Indignada.

–Bueno si no te gusta cuelga —expreso su madre molesta dirigiéndose hacia su hija— por cierto, me encanta cada idea, solo hace falta ponerle un orden – añadió esta.

–Verdad que si – expreso Dipper.

–Bueno, mientras ustedes finiquitan eso, yo voy a volver a trabajar, por favor si van a la mansión rompedora, ¡Espéreme! Tengo demasiada tensión encima y quiero sacármela –

–¡¿Esta segura?! Conociendo a tu madre tal vez tengamos un polvo ahí – comento Dipper.

–No me importa, en serio necesito ir – expreso la hija algo estresada.

–Está bien Angelina te esperaremos, pero que no diga que te lo advertir – apunto su padre muy seriamente.

–Bien los veo luego, ¡hasta pronto! – dijo Angelina colgando inmediatamente.

Dipper y Pacífica se quedaron viendo uno al otro con mucha complicidad e inmediatamente Dipper pregunta: ¿Por dónde quieres empezar la señora Pines?

–Suena bien la idea de ir a ensayar con la banda y también me veo tentada con la opción del sexo sadomasoquista, pero no nos daría tiempo de ir a la cabaña del paraíso por lo cual queda descartado para el día de hoy –

–Descartado el sexo sadomasoquista – expreso Dipper.

–Pero, mañana no te salvas – proclamo Pacífica con un tono atrevido.

–Aún no siento el látigo y ya estoy excitado, por eso te amo –apunto este.

–Lo sé – expreso Pacífica vertiendo el relleno de frambuesa en la base del pie, la fémina parecía una profesional a la hora de cocina, por su lado su marido solamente podía observar como aquella mujer hacia su labor, aunque aquello también le dio una magnifica idea.

–Sabes muñequita estaba pensando que deberíamos hacer otro pie salado, no crees – comento Dipper.

–Ahora no Dipper, estoy trabajando – respondió Pacífica.

–Sabes tienes razón, el sexo sadomasoquista podríamos dejarlo para mañana, pero que tal los otros dos escenarios, me encantaría que mi muñequita de porcelana me dejara vacío en eso lugares – recalco Dipper aun con su tono atrevido.

–Se lo que tratas de hacer viejo sinvergüenza, no te va funcionar – declaro Pacífica, terminando de echar el ultimo poquito de relleno en la base para así concentrase en la próxima parte.

–Vaya que si resiste –

–A diferencia de mi viejo calenturiento, yo estoy trabajando en mi pie – expreso Pacífica algo molesta.

–¡Tranquila Paz! Solo quería conocer tu resistencia a mi encanto, pero veo que cuando estás trabajando eres inmune –

–Estuve así de besarte —hizo un demás en forma de un casi circulo con sus dedos— pero yo se controlarme – indico esta, mientas iba a buscar la parte superior del pie, la cual ella había preparado anteriormente.

–¿Solo besarme? —se cuestionó Dipper— no haría algo indecente – añadió este.

–Como ya te dije, yo estoy trabajando y cuando trabajo soy muy profesional – expreso ella colocando la parte superior del pie sobre la mezcla.

–Me impresionas Pacífica Noro… –

–¡HEY! —protesto— ES PINES, Y SIEMPRE SERÁ PINES – termino de protesta está muy molesta terminando de poner la base superior del pie encima de la mezcla.

–Como decía señora Pines, me impresiona que te resista a mi encanto, cuando había una época que con solo decirte eso era para que rápidamente te quitarías la ropa y me saltarías encima dejándome seco en el progreso, pero entiendo que estés trabajando, entiendo que quieras terminar tu pie para poder ayudarme agendar nuestras actividades el día de hoy, pero yo solo quería complacerá mi bella muñequita de porcelana a la hora de hacer otro pie salado –

–Mas tarde viejo sinvergüenza – replico Pacífica introduciendo su pie en el horno.

–Que mal el otro horno cerro para siempre ese si era bueno horneado todo tipo de pasteles – comento Dipper.

–Cállate Dipper– dijo Pacífica super sonrojada poniendo el temporizador encima de la cocina.

Ahí Dipper supo que su mujer podría el temporizador en una hora para terminar su pie y que entonces este tendría poco tiempo para tener un rápido polvo con su mujer, él sabía que si esta se ponía hacer algo, será imposible detenerla. Entonces sabiendo que su mujer se podía resistir a su primer sobrenombre cariñoso, él sabia que con el segundo ella no se podía resistir, fue entonces que se le acerco por detrás y la agarro suavemente, y ahí saco su última arma de seducción: Pensar que mi amorosa golondrina se me resiste.

Pacífica podía resistirse al sobrenombre de muñequita, pero con el de golondrina no, ese había sido su sobrenombre durante largas secciones de sexo desenfrenado, es mas ella sabia que ese era su sobrenombre para copular por horas y horas, fue así que su cuerpo no pudo soportar la tentación he inmediatamente se volteo y beso a su esposo apasionadamente.

Dipper sabía que había liberado de su jaula a la Pacífica salvaje y que su única manera de sobrevivir era seguirle el juego, fue así que, primero le quito su delantal para luego ir quitándole su vestido, por su parte Pacífica le había desabotonado la camisa caoba y la había tirado al piso e inmediatamente se puso a frotar la espalda de su marido el cual le había retirado su vestido y así quedar semi-desnuda. Su beso continuaba sin frenesí, ellos dos estaba poniendo en practica su resistencia sin aire, área en la que eran expertos, fue en ese momento que Dipper retiro el brassier de su esposa para que este fuera a degustar sus senos albinos arrugados.

Dipper comenzó a degustar el busto izquierdo con mórbida pasión, mientras que su amada bajo sus manos para quitar el penúltimo vestigio de ropa de su amado, ahí noto el miembro viril de su esposo, el cual necesitaba una caricia suya e inmediatamente está a través de la ropa interior se la concedió. Por su lado él ex castaño quien ahora tenia el cabello grisáceo paso a degustar el busto derecho al mismo tiempo que metía su mano derecha en la braga de ella para masturbar su vagina. El gemido de la anciana Pacífica apenas se oyó en aquella casa vacía, mientras su marido aun degustaba su busto femenino con suma obsesión, y aunque esto ya no estaba tan firme y también estaban arrugado, pero aun así este los degustaba, porque al él no le importaba eso detalles, a él le importaba complacer a su señora.

Pacífica, retiro el bóxer de su esposo y así poder liberar su órgano viril para inmediatamente comenzarlo a masturbar con insana morbosidad, era obvio que ella había caído rendida bajo el encanto de su marido, aunque también deseaba volver a experimentar el efecto que tenía las endorfinas sobre su cuerpo y también saciar un poco su morbosa necesidad.

Finalmente, Dipper dejo de degustar los senos de su compañera para bajar lentamente hasta su órgano reproductor, mientras Pacífica había quitado su mano del pene de su esposo para posicionarlas encima de su cabeza; el octogenario había llegado hacia la otra zona erógena de su mujer e instantáneamente comenzó a masturbarla con su lengua, a su vez su mujer sostenía la cabeza del hombre encima de su órgano como si lo estuviera obligando a mantener su boca en ese lugar, pero para Dipper no era necesidad, el sabia como complacer a su mujer pero aun así le gustaba que ella tomara la iniciativa.

Pacífica gemía y susurraba con cada pasar de la lengua de Dipper tanto por sus labios vaginales superiores e inferiores al igual que por su clítoris, ella estaba apunto de tener su orgasmo, pero cuando esta ya estaba a flor de piel, su amado se detuvo e inmediatamente subió la mirada y dijo con una voz super excitada: Es tu turno.  Ella estaba excitada y a la vez furiosa, pero ella conocía las reglas del juego, así que lentamente subió a su esposo para luego comenzar a bajar por el torso bien definido de este para llegar a su órgano viril y al llegar la fémina con una voz profundamente cargada de lasciva le dijo al pene de su esposo: Me extrañaste.

El pene de Dipper palpito, como si estuviera contestando a la peliblanca, entonces esta lo beso en la punta y lentamente lo fue introduciendo dentro de su boca, haciendo que su propietario soltara un mediano gimoteo de placer, el cual le concedía permiso a su señora para comenzar sus felaciones, algo que aquella señora no dudo en hacer.

Ahora era él que estaba en la nubes, experimentando unos de los tantos placeres que su esposa le había dado con el tiempo, ella sabía cómo alternar su velocidad de felación cuando masturbaba el pene de su esposo, aunque primero esta había iniciado su felación con poca intensidad, rápidamente había aumentado su velocidad y con ello dejaba a su esposo cerca de su limite de su resistencia y cuando estaba apunto de soltar todo, Pacífica paro en seco y mirando a su marido con cierta malicia saco el pene de este de su boca e instantáneamente dijo: Estamos a mano.

Al decir eso Dipper agarro su mentó y suavemente la subió hasta su boca para besarse apasionadamente; primero fue lento y luego fue intenso; las manos de Dipper había dejado la cara de Pacífica para aventurase por las nalgas de ella, mientras la fémina recorría con sus manos la espalda de él con cierta ansiedad.  Hasta que por fin Dipper la penetro, ahora era turno de ella de agarrase del hombro de su esposo por que harían la pose suspendida 1, esa que tanto había usado en el pasado, y aunque tenia su edad, pero eso no le impedía de inventar.

Dipper agarraba las posaderas de su esposa, mientras movía sus caderas para embestir el órgano de su mujer quien, con cada estocada de su miembro viril, esta le gemía y gimoteaba en el oído para que este siguiera con su labor. El único sonido que se escuchaba en esa cocina eran los gemidos y quejidos de la señora, aunque también en vez en cuando se podía oír a la misma gritar: ¡OH SI!  Y ¡SIGUE ASI NENE, NO PARES! Mientras su amado la complacía en sacia su lujuria.

El seguía sosteniendo los glúteos de Pacífica y a su vez la balaceaba sobre su pelvis para así poder penetrarla; su pene entraba y salía de su vagina sin para, los gemidos y quejidos habían aumentado con cada movimiento, ahora alguno de los dos tenía que ceder en aquella batalla campal, algo que sería difícil, porque ambos tenían una hábil resistencia. No fue hasta que Dipper observo el temporizador y noto que le faltaban unos quinces minutos, fue entonces que apresuro el ritmo de sus estocadas; él conocía a su mujer, sabia cuales eran sus puntos débiles y sabia como explotarlos, fue entonces que con unos pequeños pasos se dirigió a la mesa del comedor y ahí sentó a su señora mientras aun estaba unidos por sus extremidades y ahí siguió la acción, pero lo hacia un poco más rápido.

Dipper balanceaba sus caderas con mucha ferocidad hacia las entrepiernas de Pacífica, el sonido de su órgano viril entrando y saliendo de conducto vaginal había aumentado; los gritos de placer de la peliblanca se escuchaban en toda la cocina y parte de la sala, sus peticiones eran escuchada por su semental, quien había pasado de una penetración suave y tranquila a una rápida y dura, y su cuerpo estaba a flor de piel.  Dipper aprovecho ello para ir aún más rápido y puso sus manos alrededor de las caderas de su mujer y lentamente las llevo hasta donde se encontraba el final de la espina dorsal de ella y ahí este aplicaría su último recurso, aunque ver a su esposa tan excitada le daba ideas, idea que a lo mejor no iba a concretar.

Al ver el reloj, este acelero su velocidad y hacia que tanto como su pene como la vagina de Pacífica creara una sinfonía a todo lo insano, la forma de Pacífica para pedir mas estaba cargada de la mas profunda lujuria, su mente se había puesto en blanco y ya no podía resistir más, fue entonces que Dipper presiono esa área donde había colocado sus manos e inmediatamente hizo que ella por fin tuviese su orgasmo, aunque él no se quedó atrás, quedando rendido sobre su mujer, encima de esa mesa de roble que el mismo había elaborado.

Los jadeos de ambos eran el único sonido que se oía en toda la cocina, acompañado por unos pequeños tic tac encima de la cocina, ninguno de los dos quería hablar, pero alguien tenia que romper el hielo, entonces Dipper pregunto: ¿Creo que este pie no nos quedo tan salado como el otro?

–Eso… ¡ah…!  Lo… ¡ah…!  Sabre yo – contesto Pacífica con la voz entrecortada y a la vez excitada.

–Te amo muñequita de porcelana – expreso Dipper besando la frente de su esposa.

–Y yo a ti osito de peluche – replico Pacífica pellizcándole suavemente el cachete.

Ambos se iban a besar, pero el temporizador no los dejo, fue entonces cuando Dipper se separo de su mujer, muy dentro de él quería probar ese pie que su señora había preparado, no le importaba estar desnudo, este quería un pedazo de pastel. Al abrir el horno noto dos cosas, la primera el mismo estaba apagado y segundo que dicho pie aun estaba crudo, ni siquiera había indicio de que la bandeja estuviese caliente, fue ahí que recordó lo que había pasado, cuando estaba en su afán de conseguir que su amada se rindiera bajo su encanto, se le había pasado por alto que ella no había prendido el horno de la cocina, por lo cual el tan ansiado pie no estaba listo.

La rabia de Dipper lo hizo exclamar en voz alta: ¡CARAJO! Pacífica quien aun estaba acostada en la mesa y aun estaba demasiado extasiada pregunto: ¿Qué paso?

–Cariño, te vas a reír de esto, pero… –

–La cocina estaba apagada y por eso no se hizo el pie, ¡verdad! –

–¿Cómo lo supiste? –

–Porque cuando iba a prender la cocina, mi viejo sinvergüenza me llamo por mi tercer sobrenombre e inmediatamente se me olvido todo – explico Pacífica.

–¡Soy un tonto! – exclamo Dipper

–Pero eres mi tonto –replico Pacífica.

–Voy a prender la cocina y volveré a poner el temporizador –

–Descuida yo me quedare aquí, hundida en la endorfina que tu provocaste – comento Pacífica.

Dipper no dijo nada, se concentro en encender el horno para evitar otro problema, por su parte Pacífica se quedo encima de la mesa profundamente extasiada como para moverse, pero aun así pensaba en lo que podía hacer con su marido, mismo que ahora se aseguraba de tener el horno encendido y volviendo a poner el temporizador en una hora.

Pacífica por fin se levanta de la mesa y le da una suave nalgada a su hombre diciendo en un tono picante: Te vez sexy cuando trabajas.

–¡Siempre, nena! – indico Dipper.

–Sabes ambos estamos desnudos y el pie no estará dentro de una hora, ¿Quieres hacer el amor en el baño? –

–Por supuesto, gatita – replico Dipper.

Pacífica tembló de la emoción e inmediatamente beso a Dipper en el cachete para luego ver al piso y decir: Recoge la ropa, guapo. ¡ha, y tráete el temporizador lo necesitaremos!

–SI, MI AMADA GATITA – respondió este como si de una orden militar se tratase.

La peliblanca le sonrió amablemente y rápidamente cogió rumbo hacia el baño, el cual quedaba en la parte superior de la casa. Por su parte el de pelo grisáceo obedeció los mandatos de su señora recogiendo sus ropas y se llevó consigo el mencionado reloj.

El trayecto fue corto, pero algo tedioso; al entrar al baño, Pacífica tomo la ropa y el reloj, y los puso en el lavado, mientras que Dipper preparaba la bañera, la ex rubia camino lentamente hasta donde estaba él y le aplico la misma maniobra que este le había aplicado y con una voz cargada de lujuria dijo: Sabes Mason2, le haces honor a tu apodo.

–Lo sé, muñequita, Lo sé – le contesto, tocando su mano.

–¿Por dónde quieres empezar gran oso mayor? –

–Que tal unos cuantos besos y algunas caricias antes de pasar por el plato principal –

–Me suena espectacular, mi osito de felpa –

Dipper se giró lentamente sobre sus pies, vio a su mujer de forma tierna y tan rápido la tuvo en la mira, procedió a besarla; primero fue sencillo y luego pasaron a los besos salvajes en donde las lenguas de cada uno, bailaban. Por su lado las manos de cada uno se aventuraban a explorar la espalda de cada uno hasta llegar a sus retaguardias, finalmente Dipper termino con un beso para luego ir al cuello de Pacífica y luego procedió a mordisquearla suavemente, acto que ella le gustaba, aquello eran como suaves pellicos para la fémina; por su lado él rosaba su pene por su vagina y hacia como estuviese a punto de penétrala, pero al final se deslizaba por los labios vaginales, lo cual hacia mojar la entrepierna de su fiel compañera. Dipper dejo de mordisquear el hombro de Pacífica para nuevamente volver a besarla, aunque esta vez fue un beso corto porque se había dado cuenta que la bañera ya estaba llena.

–Estamos listo – comento este cerrando el grifo de la bañera.

–Lo sé – replico Pacífica con voz excitada.

–Ven aquí, mi hermosa gata persa, preciosa muñequita de porcelana y amada golondrina – dijo Dipper, sacando algunos de los apodos que había utilizado a la hora de tener sexo con su mujer.

Pacífica rápidamente le salto encima para besarlo ella no terminaba de posicionar sus labios sobre los de él, cuando esta sintió la calidez de agua, su esposo no solo la había atajado como siempre, sino que también que también la había introducido a la bañera con delicadeza, pero para ella esas pequeñeces no importaban, lo que importaba era complacer sus necesidades como la de él.

 Ambos se agacharon, mientras la pasión más devoradora los llenaba, el agua de la bañera casi se bota, pero aun así ellos continuaron con su acto. Ya dentro de agua Dipper introdujo su pene dentro de la vagina de Pacífica y ahí comenzaron una nueva sección de sexo, las caderas de Pacífica subían y bajaban a una velocidad intermedia, Dipper por su parte la sostenía para guiarla en la intensidad de su pasión y mas estando en el agua, el sonido del pene entrando y saliendo de la vagina eran ahogado por el agua de la bañera y lo único que se oía eran los gemidos de la fémina y los suspiros de hombre.  El de cabellera grisácea aprovecho para besarle el cuello a su mujer y mordisquearlo un poquito también, pero esta vez no se quedaría en solo sitio, sino que iba por ambos lados, acto que hacia suspirar a su señora.

Por su lado Pacífica recorría la espalda de su marido con mórbida pasión incluso la rasguñaba un poco, pero aun así Dipper continuaba con su labor, aun su pene entraba y salía de la vagina de su mujer y ella excitada pedía más y su hombre cumplía con su exigencia sin titubear, su clímax llego rápido y ambos tuvieron su merecido orgasmo.  Dipper jadeaba de placer, mientras depositaba su cara dentro de los senos de su amada, mientras tanto ella también jadeaba y suspiraba palabras: <<Te amo>> y << ¿Cómo pude vivir sin ti? >> Mientras él acariciaba su larga cabellera, ahí Dipper que aun acariciaba la cabellera blanca de su señora, le dice: Gatita persa estuvimos separados por la circunstancia, fue el destino que me unió con mi muñequita de porcelana y ahora viajo todos los días montado en mi amorosa golondrina.  Aquellas palabras la hicieron sonrojar e incluso estaba pensando en volver a consumar el acto sexual, pero cuando vio el reloj, se dio cuenta de que no podía hacerlo, aun así, aprovecho que aun estaban unidos por su sexo para aprovechar en mover sus caderas en forma de un semi-circulo arriba de la pelvis de ex castaño para dejarlo completamente satisfecho y al ver la cara de este, se evidencio que lo estaba logrando, aunque ella todavía sensible.

El tiempo parecía ir lento en aquella bañera, su intimidad continuaba, pero lentamente y todo indicaba que así iban a estar un rato largo, pero sería el temporizador quien terminaría con la escena. Pacífica detuvo el movimiento de su cadera e inmediatamente salió de la bañera para darse una ducha rápida en la regadera, mientras que ahora seria Dipper quien se quedaba hundido en endorfina.

Pacífica salió del baño, vio a su marido y al dedicarle una cariñosa sonrisa a su esposo, este por fin había despertado de su letargo, ahí este le pregunta: ¿Cómo lo haces?

–¿Cómo hago qué? –

–¿Motivarme y despertarme, al mismo tiempo? –

–Pues soy tu muñeca de porcelana de colección, tu gata persa la cual adoras como un dios y la golondrina la cual cuidas con mucho amor –

–Ni yo lo puede haber dicho mejor – indico Dipper viendo su cara; –Te amo Pacífica Noro… –

–¡HEY! —protesto— ES PINES Y SIEMPRE SERA PINES – termino de protestar; –SOY LA SEÑORA PACÍFICA ELIZABETH PINES, SIEMPRE HA SIDO ASÍ – agregó ella poniéndose su ropa interior.

–A veces, me pregunto: ¿para que abro la bocotá? – proclamo Dipper indignado.

–Voy a sacar el pie, porque tengo hambre y tengo que prepara el desayuno de nuestros nietos o se te olvida – dijo Pacífica con un tono golpeado.

–Esta bien señora Pines, hare todo lo que usted diga – replico Dipper en tono de burla.

Pacífica se calmo a oír el apellido que había adoptado mucho tiempo atrás y de nuevo regreso la sonrisa a su rostro, ahora mas calmada dijo: Gran osito, podría salir de ahí y ayudarme hacer el café.

–¿Pie con café va hacer nuestro desayuno? –

–Por supuesto, alguna queja –

–Si, también deberías incluirme un plato de Pacífica – añadió Dipper.

–¡Ay Dipper, eres insaciable! – exclamo ella coquetamente, antes de ponerse su brassier; –Bañarte y lo pensare – le dijo aún sonriente.

–Darlo por hecho – contesto Dipper parándose de la bañera.

–Sin dudas eres irreparable Dipper Pines – comento Pacífica, antes de ponerse el vestido fucsia que había usado anteriormente.

–Tu fuiste la que me descompusiste, ahora me tienes que arreglar – expreso Dipper.

–Luego – aclaro ella terminando de ponerse el vestido y saliendo del baño, sin antes llevarse su delantal.

Por su lado Dipper se metió a bañar apenas su esposa abandono la habitación, si la hubiera tenido un segundo mas adentro del aquel lugar, talvez hubiera habido otra escena similar a la que había vivido minutos antes.

Al mismo tiempo que Pacífica suspiraba de alivio sabiendo que pudo contenerse a su hombre, inmediatamente se acodo del pie y fue rápidamente a verlo y cuando entro a la cocina olio el pastel que estaba produciendo, le recordó época muy bonita con su mejor amiga Linda Susan y con su cuñada Mabel, quienes ahora reposaban tranquilamente en un cementerio. Ella soltó una pequeña lagrima para inmediatamente concentrase en su tarea.

Primero apago el horno, posteriormente se puso los guantes de cocina, para luego abrir la puerta de horno y aspira con su nariz el fruto de su trabajo, el olor a pie recién hecho se olía en toda la casa sin dudas el pastel estaba listo, entonces ella como toda una profesional saco del horno dicho mangar y lentamente lo coloco encima de la cocina para que se aireara, sabia que así no se lo podían comer, ella sabia que tenia que esperar unos minutos y mientras esperaba se puso a pensar en que podría darle de comer a su nietos, al sentarse noto que en la mesa había una macha transparente encima de la mesa y cuando la olio supo de inmediato que era y en seguida se sonrojo.

Justo en ese instante entra a la cocina el causante de su sonrojo, quien venia con la misma ropa que había usado antes, solo que esta vez traía una chaqueta, la cual era de color marrón claro, al igual que traía una manta de a cuadro color azul, ahí ella le pregunta: ¿Te dio frio?

–Si, un poco —contesto— mi gata persa me dejo solito – agregó el maliciosamente.

–¡DIPPER! – exclamo Pacífica sonrojada; –¡Haz el café, viejo sinvergüenza! – ordeno ella.

Dipper le sonrió de forma coqueta y sin ningún titubeo empezó a buscar todos los implementos para hacer café, aun Pacífica sentía que este estaba tramando algo raro, ella sabia que a veces Dipper siempre buscaba la manera de tener una conversación, pero ahora estaba demasiado callado y concentrado en su deber, sin dudas el tramaba algo.

Dipper había sacado de la alacena todos los implementos para prepara el café, incluso prendió una hornilla y en ella monto el agua, ahí en plena faena comenzó a canta:  You Take My Heart Away de Deetta Little & Nelson Pigford. Pacífica había acertado con su presentimiento, pero aun con eso ella no quiso interrumpir a su esposo; el cantaba cada estrofa de la canción con cada operación, el temor a equivocase no estaba presente porque él ya era todo un experto, aun así, él tenía cuidado; por su lado Pacífica estaba maravillada, veía la labor de su esposo con ternura e incluso se dispuso a corear algunas partes de la canción para convertirlo en fantástico dueto.

Love me, love me from your heart, let us never part, bring me all the dreams you thought would never be, we'll make them all reality, just you and me, you take my heart away, away. Cantaron juntos.

You're my dream come true, baby I love you, I confess I need ya, I will never leave you alone, Oh, I love you true, my whole world is you, I confess I need ya, and I will never leave you alone. You take my heart away, away. – Canto Dipper la siguiente estrofa mientras esperaba que el agua hirviera.

Touch me, take me in your arms, shelter me from harm, let me love you for a million years or more, I never felt this way before, before your dreams, you take my heart away, away. – Canto Pacífica siguiéndole el juego a su marido.

Love me, love me from your heart, let us never part, bring me all the dreams you thought would never be, – Canto Dipper una parte de la siguiente estrofa

we'll make them all reality, just you and me, you take my heart away, away. – Canto Pacífica la otra parte de la canción

You're my dream come true, baby I love you, I confess I need ya, I will never leave you alone, Oh, I love you true, my whole world is you, I confess I need ya, and I will never leave you alone. You take my heart away, away. unieron sus voces para terminar la canción para inmediatamente cantar juntos el coro: You take my heart away, away. Al terminar el grisáceo le dijo: Solo déjame decir tu apellido una sola vez. A ella le molestaba que él usara su apellido de soltera, porque aquel apellido le traía malos recuerdos de su infancia, pero al ver a su esposo tan Ilusionado, ella le contesto: Esta bien, pero que sea una sola vez.

Dipper le sonrió alegremente se le acerco a su estomago y luego le beso aquella parte, para luego verla a la cara para decir: Te amo muchísimo Pacífica Noroeste.

–Y yo a ti Mason “Dipper” Pines – replico ella sonrientemente.

El caballero se paro y vio que el agua ya estaba hirviendo, por lo cual apago la cocina y con una profunda habilidad se puso los guantes de cocina y con ello agarro la olla que aún estaba caliente y vertió toda aquella agua en el percolador para que este fuera soltando el café listo, ahí su mujer le pregunto: ¿Por qué haces el café manual y no con la cafetera?

–Porque arruinaría nuestro momento romántico y porque así se juntaría olores – contesto él.

–¿Cuáles olores? – pregunto ella

–El de café recién colado con el dulce olor a pie – respondió.

Rápidamente Pacífica se acuerda del pie y de forma inmediata se para de la silla para busca dicho pastel; por su lado Dipper seguía hundido en lo suyo, seguía aspirando el olor a café por la mañana con una pisca de pastel, asegurándose que todo el café había dejado el percolador, casi de forma automática agarro las tasas de cada uno e inmediatamente vertió el café en cada taza, para luego echarle la azúcar y así tener el café listo.

–¡Paz, el café ya esta listo! – anuncio Dipper.

–Gracias amor, pomelo en la mesa – contesto ella asegurándose de que el pie estuviese tibio.

El señor le hizo caso a su señora y le puso su taza rosa con el dibujo de una llama y se quedo con su taza blanca con el dibujo de un pino, justo en ese instante su mujer vino y le dio un beso en el cachete y el desde luego le agarro la cintura para que aquel beso fuera eterno, pero fue algo del momento, porque su señora se zafó de su agarre y continuo su camino hacia la mesa, debido a que en su mano llevaba el pastel, ahí Dipper dice: Tú me quiere conserva caliente.

–¿Para qué? – pregunto ella confundida.

–Tu sabes para que – respondió él haciéndole una cara de picardía.

–¡Oh Dipper! —exclamo ella— tu no tienes remedio añadió.

–Dirás que los dos no tenemos remedio —apunto— porque aprendí de la mejor – agrego.

–Aún no mi pequeño padawan, aun esta maestra tiene sus trucos bajo la mesa –

–Hmm…, me excitas cuando utiliza palabras de Star Wars –

–Eso es para complacer a mi nerd favorito –

-Y tu eres mi princesa favorita –

–Ya no soy una princesa, soy una reina, recuerdas –

–¡Oh sí! Mi reina – comento Dipper agarrándola por detrás para besarle el cuello. Ella dejo que lo hiciera porque siempre le había gustado que su señor le hiciera todo tipo de caricias e incluso le gustaba que este se pusiera travieso con ella. Entonces Dipper la suelta para que esta continuara con su labor y le pregunto: ¿Qué haremos hoy mi reina?

Pacífica le sonrió con una contestación tan rápida que lo dejo atónito:

–Primero investigaremos el caso de los niños extraterrestre de la calle (…), luego iremos a la cabaña del paraíso y finalmente iremos a la mansión rompedora – explico ella sin ningún titubeo.

–¡Adoro a esta mujer! – proclamo Dipper en voz alta.

–Claro que me adoras, soy tu diosa – apunto ella graciosamente.

Esta vez Dipper no le replico debido a que quería que su mujer terminara con su faena y empezar el desayuno, así que la soltó y nuevamente se sentó, ahí Pacífica se extrañó, espero a que su esposo le saliera con algún dato nerd, el cual siempre tenía, pero intuyo que había sido para dejarla trabajar, así que esta continuo con su trabajo.

El pie estaba tibio para ese punto, así que lo corto en varios pedazos, sirvió unos de esos pedazos en dos platos y guardo el restante para mas tarde. Le dio unos de los pedazos a su esposo y el otro se lo quedo ella, fue en ese instante que por fin se pudo sentar a degustar su obra maestra y con el primer bocado ambos quedaron maravillados con aquel mangar que ahora se estaba deshaciendo en sus bocas, sin dudas valió la pena esperar.

Bocado tras bocado más sorbos de café, hacia de aquella escena perfecta de un día mas en la vida de aquellos viejos, aunque al finalizar de comer Dipper vio a su señora y ahí le pregunto: ¿Quieres bailar?

–Claro, pero, ¿a qué? – respondió y pregunto ella.

–Ya veras – contesto el parándose de la mesa y sacando el teléfono de su bolsillo, ahí busco en su galería de canciones, la canción idónea para ese momento y la encontró muy rápido he inmediatamente la puso.

Por las bocinas del teléfono salió una agradable melodía que Pacífica identifico de inmediato, se trataba de la canción: Ojalá que llueva café de Juan Luis Guerra, y que mejor momento porque aun ellos no se habían terminado su café, así Dipper como todo un caballero le pregunto: ¿Bailaría conmigo?

–Claro que si señor – respondió esta agarrando la mano de su señor para parase de la silla así comenzar bailar con él.

Ambos bailaban lo mejor que podía la hermosa tonada de Juan Luis Guerra, sabia de que se trataba la canción porque ambos habían estudiado el español, sabían que significaba cada estrofa, cada línea, pero aun así ello la bailaban, porque sabia que aquella cosa jamás iban a volver a ocurrir.

Al finalizar la canción, ambos señores se besaron, seguidos de un montón de ¡Hui!  Ahí ambos miraron a la fuente de sonido y eran un puñado de niños aglutinado en el borde de la puerta de la cocina, los cuales habían sido testigo de tan empalagosa escena, allí la doña pregunta: ¿Desde cuándo están allí?

–Desde que el abuelo te pidió que bailaran con el – contesto unos de los tantos niños.

Pacífica suspira de fastidio, mientras aun sostenía la mano de su amado, por su lado Dipper está feliz, ahí enfrente tenia a toso sus nietos y se preguntaba: ¿Qué aventuras le esperaban aquel día?

 

—Fin de la historia—

Por dios estos viejos si me hicieron trabajar esta vez, Seré breve porque no quiero hacer esto mas largo de lo que ya fue.

Yo quería emular lo mejor posible el arte que estoy usando de cover, pero por alguna razón me motivé a escribir más de la cuenta y produje esto.  Aun estoy tratando de mejorar mi escritura erótica, pero aun me es complicado, se que a lo mejor tengo que leer más fanfic lemon o historias originales con lemon, pero a veces la flojera me gana y nunca las termino leyendo, exceptuando a mi hermano Janyo, a él sí que lo leo.

Quizás este y los otros sean diferentes con el lenguaje lascivo, pero estoy haciendo lo que puedo. Así que apóyeme eso me ayudaría a mejora con cada escritura.

Créditos

Cover artístico denominado: Old Pines (Viejos Pines) Creado por la artista danesa: Eva Rose.

Los personajes de Dipper Pines y Pacífica Noroeste son de la serie Gravity Fall, creada por Alex Hirsch.

El personaje de Angelina Pines fue creado por la artista Eva Rose para una serie de dibujos por lo cual no pertenece al canon de la serie, este personaje pertenece exclusivamente a Eva Rose.

La serie: Gravity Fall y todos sus personajes pertenece a la compañía Walt Disney Animation Studios & Walt Disney Television. Exceptuando a Angelina.

La canción: You Take My Away, interpretada por: Carol Connors & Ayn Robbins con música de Bill Conti para la película Rocky I de año 1976.

 

La canción: Ojalá que llueva café, interpretada por: Juan Luis Guerra¸ Compuesta por: Juan Luis Guerra; pertenece a su disco: Ojalá que llueva café del año 1989, bajo el sello discográfico: Karen

Fin de los Créditos

Datos Curiosos

1= Pose Suspendida o la unión suspendida: Es posición sexual en libro del Kama Sutra la cual consiste de: La pareja de pie, la mujer se agarra a       la espalda del hombre y entonces enlaza      de la manera la     más firme sus piernas alrededor     de   su   cintura mientras él    la sostiene por las nalgas y la espalda. La mujer puede además posicionarse de espalda a una  pared, que le puede servir de apoyo sustentador suplementario.” (Mas información en libro de Kama Sutra Lustrado de Alicia Gallatti) Año de publicación: 1999 Editorial: Desconocida

 

2= Mason: Mason es el verdadero nombre de Dipper, “Dipper” es su sobrenombre debido a que l nació con una marca de nacimiento igualita a la constelación de la osa mayor que en ingles se le conoce por (The Big Dipper), de ahí su apodo.

 

Estos datos son para aquellos que no son tan fan de la serie.

 

--Espero que le haya gustado esta historia--