Nick y Judy estaban esperando a que le dieran
todos los videos de las cámaras de seguridad, y allí en la espera de aquellos
videos estos contemplaban su delicada situación. Nick habla finalmente: ¡Ese
tipo definitivamente me está haciendo enojar! Judy no quiso hablar sobre el
tema porque ella no tenía ganas, quizás y solo quizás porque el hecho del
escape de Piolar había arruinado su noche de intimidad con su amado zorro; pero
Nick quien nunca era de tipo de persona que le gustaba se ignorado dice: Este
tipo sin dudas nos la está sacudiendo. Finalmente Judy sale de su transe y
dice: Nick en serio no está ayudando.
– ¡Solo quiero animar nuestra situación! ¡No es
nuestra culpa que Piolar se haya escapado! – replico Nick algo enojado.
–Yo sé que no es nuestra culpa que Piolar se
haya escapado, pero sin duda nos hemos ganado el trabajo de captúralo, ¡De
nuevo! – asevero Judy.
–Entonces sin dudas Piolar nos la sacudió, se
la sacudió al estado y se la sacudió al país – argumento Nick graciosamente.
– ¡Cállate Nick! – exclamo Judy.
–Zanahorias yo sé que está molesta, pero es mi
deber hacerte reír o enojar en su caso para evitar que nuestra relación le
destruya este miserable trabajo – explico Nick.
Judy lo pensó por un minuto, y resulta y
acontece que Nick tenía razón, aunque ella y él ya era novios habían tenido muy
poco tiempo para darse un tiempo como lo que son, debido que ellos trabajaban
junto y que con los últimos acontecimiento Nick le estaba demostrando
<<calladamente>> que él también estaba molesto, sino enojado,
furioso y sobre todo iracundo porque cada vez que haya tiempo para finalmente
compartir un poco de intimida con su coneja, algo pasaba, hora seguir algún
maleante, hora ir a la parte baja de Zootopia y fugarse de una balacera de
milagro; con ello Nick también quería decir, ¡oye yo también estoy molesto,
pero no para tanto!
–Tienes razón – contesto la coneja más
tranquila con su novio y ya deseando que el que estaba revisando los videos
saliera pronto. Nick por su parte hubiese dado todo lo que tiene para haber
tenido el lápiz grabador en ese momento, porque quizás sería la única vez que
su coneja le daría la razón, pero quizás así sería mejor porque su novia no
aguantaría toda la reproducciones que él le daría a dicho aparato, ahora tenía
que acostumbrase a vivir con ello, a vivir sin esa prueba fehaciente, pero al
fin y acabo le daba igual. Finalmente alguien dentro de aquella sala de control
salió y dice fuertemente: ¡Definitivamente tiene que ver esto!
Ambos agentes se ven a los ojos con cara de
miedo e inmediatamente entran a la oficina, en ese momento el otro agente que
estaba sentado en la computadora y regresa el video hasta el momento inicial
del video para que sus otros compañeros lo vieran completo.
En el video vieron como el alcaide estaba
hablando por teléfono con un animal desconocido y que este se hallaba algo
ansioso, y al colgar el teléfono este se tapa la cara con algo de indignación,
pero rápidamente como que lo supero y se puso a navegar en internet… Judy no
veía nada raro en aquel animal y Nick solo se hacía una idea de lo que estaba
pasando, hasta que llego la noche. Al llegar la noche el alcaide saca su arma
tranquilizadora de su escritorio y antes de cualquier cosa apaga el monitor de
su computador, acto seguido se pone a dar vuelta en su silla hasta que por fin
escucha el escándalo que se hallaba afuera de la prisión y este rápidamente
salió de su oficina; la cámara de seguridad lo siguen hasta el área de celda,
allí ese ni corto ni perezoso saco la llave de las celda y le abre la puerta a
Piolar y parece que le está diciendo algo a Piolar y el oso le contesta, aquel
plantígrado le da un golpe en la cara al alcaide y este a caer al piso, el
carnívoro agarra su arma tranquilizadora para posteriormente dispararle y
dejarlo inconsciente en aquel lugar, en ese momeo Piolar se voltea hacia la
cámara de seguridad y acto seguido le dispara.
Zorro y coneja estaba atónitos con lo que
habían visto y Nick dice: tienes que esta jodiendome, ¡Verdad!
–Ya quisiera – apunto el oficial de la cámara
de seguridad y allí Judy pregunta: ¿Dónde está el alcaide?
El alcaide se despierta en una camilla de la
enfermería de su prisión, este suspiro de alivio a ver que aún estaba en su
cárcel, pero cuando fue a frotarse las paras en los ojos descubre que estaba
esposado, este rápidamente abrió sus ojos como plato y empezó a pasear su vista
por aquella enfermería y allí vio al zorro y la coneja que había traído a
Piolar a su prisión y en ese instante Judy pregunta: ¿Con quién hablaste por
teléfono? ¿Por qué liberaste a Piolar?
–No sé de qué hablas – contesto el alcaide.
–No me sorprende, la verdad que no – comento
Nick algo molesto por la respuesta de aquel sujeto.
–Te lo volveré a pregunta y espero que me dé
una respuesta, ¿Con quién hablabas por teléfono? ¿Por qué liberaste a Piolar? –
insistió Judy nuevamente esperando una mejor respuesta.
–En serio no sé de qué me hablas detective
Hopps – contesto el alcaide haciéndose el confundido.
– ¡Oh! Entonces que tú no eras el que estaba
hablando por teléfono con alguien desconocido, tú no fuiste el que reservaste un
viaje fuera de país con todos los gastos pagos, tu no fuiste el que recibiste
una buena cantidad de dinero por alguna extraña razón, tu no agarraste tu arma
tranquilizadora con la que Piolar te puso a dormir, tu no fuiste el que le
abriste la puerta a Piolar y que luego este te traicionara, sin dudas tu si
tienes cojones – planteo Nick tranquilamente.
El alcaide se quedó callado ante las
afirmaciones de Nick y allí el vulpino el vulpino se levanta de su silla y
dice: Te puedes negar todo lo que tú quieras, pero la evidencia que tenemos demuestra
lo contrario, así es que empieza a hablar.
–La verdad detective es que me avergüenza lo
que estoy a punto de decir – apunto el alcaide.
–Debiste haberlo pensando antes – comento Judy
tenazmente.
–Estuve hablando con un macho que representaba
a alguien a la que siempre llamo “ella”, él dijo que “ella” estaba dispuesta a
ofrecerme una buena cantidad de dinero si lo ayudaba a soltar a Piolar, fue
entonces que empezó a hablar sobre mi familia, lo poco que ganaba para pagar la
universidad de mis hijos y con ello me convenció de que tenía que liberar a
señor Piolar esa misma noche… ¡Espera un momento! ¡Mi computadora tiene clave
de acceso! –
–Si tiene, pero solo hice que cooperaras más
por tu propia cuenta – aseguro Nick jocosamente; –Solo fue una treta muy astuta
de mi parte – contesto el vulpino; – ahora si eres tan amable de decirme, ¿A
dónde se fue Piolar? – persevero el canino.
–Eso no se lo pregunte porque no era de mi incumbencia
– contesto el alcaide; –pero si sé a dónde se dirigía a los barrios bajos aquí
en Zootopia – agrego el ex director de la cárcel.
– ¡Carajo! – exclama ambos agentes.
Por su parte en los barrios bajos de Zootopia,
Piolar preparaba una maleta para irse de país antes que su captores lo
volvieran a atrapar, en ese instante entra un puma a su habitación y le dice:
¡Vaya tu si te preparado!
–Tengo que hacerlo, ahora mismo debo ser el más
buscado de todos – índico Piolar.
–Pero aun estando en México creo que la policía
podría buscarte – aclaro el puma.
– ¡Quizás! Pero no podría, tiene que tener una
orden de extradición o al menos que el gobierno mexicano los autorice – apunto
Piolar.
–Yo conozco a Nick Wilde, el oficial que te
atrapo. Junto a su noviecita y sé que se no va rendir tan fácilmente – asevero
el puma seriamente.
–Tienes razón Pumoso, por eso tengo que
aprovechar la ventaja que tengo delante de eso dos, antes de que algo pase –
aclaro Piolar apurándose a empacar.
–Aprovechando todo esto no olvides de
mencionarle nuestro servicio a ella – replico Pumoso jocosamente.
–No te preocupe señor Pumoso, que ella tomara
en cuenta su buenos servicios – asumió Piolar.
–Tiene que ir al aeropuerto, no pierda tiempo –
enfatizo Pumoso mostrando su reloj.
–Fue un gusto trabajar con usted señor Pumoso,
no me olvidare de su hijo, ni de sus servicios – aclaro y agrego estirando su
pata para estrechar la pata de puma, el puma hace los mismo y acto seguido
ambos animales sellan su trato con un muy buen apretón de pata. Luego Pumoso
contesta: No hay de qué. El felino
suelta la pata de Piolar y se dirige hacia los pisos de arriba, aquello pareció
no importarle al oso y solo se limitó a salir de aquella casa y dirigiese al
vehículo que lo estaba esperando. Al montarse con su maleta en el vehículo este
dice: ¡Listo! Acto seguido el carro se pone en movimiento, justamente cuando
aparece una patrulla de la policía atrás y ahí este dice: ¡No es cierto! Con
algo de dificultad el oso pudo ver a través de espejo de retrovisor de vehículo
que lo trasportaba y allí pudo distinguir al zorro y a la coneja quien lo había
atrapado, allí con un tono de asombro dijo: ¡Claro que es en serio!
Hace unos minutos atrás en la prisión,
específicamente en el área de enfermería, Nick y Judy estaba con la espada con
la pared luego de la revelación de alcaide, al igual que Bogo estaba respirando
difícilmente debido a toda aquella situación, ya ellos no sabían que hacer. En
ese preciso instante el teléfono de Nick suena y este desanimado lo contesta:
Detective Nicholas Wilde en que te puedo servir.
–Por tu
voz suena como si te hubiese puesto un gran peso encima – indico un macho desconocido.
–Para que llamas para restregarme que te
saliste con la tuya – asevero Nick seriamente.
–Quisiera
decir que sí, porque tú metiste a mi hijo a prisión para toda su vida según me
parece, pero estoy dispuesto a olvidar nuestra diferencia si consigue un trato–
– ¿Qué tienes tu que yo no tenga? – pregunto
Nick molesto.
–La
ubicación de Piolar y donde ira – contesto Pumoso.
Nick se sorprendió mucho que dijo con algo de
interés dice: ¡Soy todo oídos!
– ¡Vaya
que tu si eres astuto Nick!, pero primero debes ofrecerme algo a cambio de esta
información –
–Quizás te lo pueda conseguir, pero no te
prometo nada – asumió Nick seriamente.
–Hmmm,
puedo confiar en ti Nick – replico Pumoso algo desconfiado.
–Aunque sea un policía, aún conservo mi palabra
de que cumple – indico Nick seriamente.
–Está
bien, Piolar esta en mi casa saldrá dentro de media hora, tiene que darse prisa
– respondió Pumoso.
– ¡QUE!, ¡AUN NO HA SALIDO DE LA CUIDAD! –
grito Nick algo sorprendido.
–Si no
se apuran, quizás lo haga, así que apresúrense – enfatizo
Pumoso.
–Estaremos allí en cinco minuto – recalco Nick
inmediatamente colgando el teléfono, se acercó a su compañera y dijo: Se dónde
está Piolar.
– ¡Bien! – exclamo Bogo; – ¡Atrápelo! – enfatizo
el búfalo.
Zorro y coneja salen corriendo en dirección a
la calle y se suben a la patrulla, allí Nick le dice a su compañera: ¡Vamos a
la parte baja de Zootopia!
– ¿Pero en dónde? – pregunto Judy algo
angustiada.
–La casa de Pumoso – contesto Nick firmemente.
Judy empieza a conducir la patrulla en
dirección a la parte baja de Zootopia, aquellos dos oraban por encontrar aun al
oso en la casa de su informante; durante todo el camino Nick y Judy no se dijeron nada para así no distraerse hasta
que por fin llegaron a la parte baja de Zootopia, Nick mando un mensaje a su
contacto y este le respondió: Afuera hay un vehículo esperando a mentado
oso. Allí los dos vieron el vehículo al que se refería su informante
confirmando sus plegarias, que su oso aun no había salido de aquella casa. En
ese momento la coneja dice: Esperamos para darle la sorpresa.
–Sin dudas – contesto Nick graciosamente.
Los agentes policiales esperaron en su patrulla
hasta que el oso saliera de su refugio, el plantígrado en ningún momento vio la
patrulla y cuando este se puso en movimiento los agentes también, acercándose al
otro carro, Nick pudo ver que el oso estaba nervioso y ahí el zorro dijo: Te
sorprende vernos.
En otro vehículo Piolar le dice a conductor:
Acelera. Y acto seguido este hace caso, pero los agentes policiales activan la
sirena de la patrulla, lo cual pone nervioso a su conductor, Piolar se dirige
nuevamente a su conductor y dice: Si te detienes, no te pago. El conductor de carro
acelero a todo lo que le daba su vehículo, Judy por parte también acelero la
patrulla para alcanzar al vehículo donde se desplazaba el oso. Piolar nunca
había sentido el corazón tan acelerado como en aquella ocasión, sentía como si
el mundo se le fuera acabar en cualquier momento y allí con una voz muy enojada
dice: ACELERA, PIERDELO, HAZ LO QUE SEA Y TE PAGO MAS DINERO. El conductor
obedeció al plantígrado, pero los tenace agentes de la ley le siguieron el
paso; harto de aquella situación Piolar saca su arma de fuego y dispara una
bala contra vidrio trasero del vehículo donde viajaba para quebrarlo y
posteriormente con su pata termina de quítalo; después de haber hecho todo
aquello el oso se acomoda para comenzar a disparar encontrar de la patrulla,
ahí Nick exclama: ¡Se volvió loco!
–Quizás se haya vuelto loco, pero yo estoy más
loca que el – pronuncio Judy seriamente.
–No puedo discutir encontrar de esa lógica – replico
Nick graciosamente.
La lagomorfa hundió más el acelerador de la
patrulla para finalmente envestir el vehículo donde viajaba el oso e
inmediatamente el conductor de carro negro se detiene y exclama: ¡Yo no me
anote para esto! Acto seguido el pobre animal salió corriendo de su vehículo;
Piolar nervioso salió de automóvil y corre al medio de la calle y allí armado
con su glock detiene a auto de carrera, para ser más específico un potoginin
último modelo, allí el oso saca al conductor por la fuerza y subirse
inmediatamente, mientras los agentes policiales veían todo desde la patrulla y
ahí Judy dice: Definitivamente se volvió loco.
Nuevamente la roedora pone en machar el vehículo policial para otra vez
de alcanzar el auto robado por el plantígrado, pero el aquel animal sabia
conducir muy bien dejando atrás a la patrulla de policía, aquello
indudablemente se había convertido en una persecución a alta velocidad por
parte de Nick ya se estaba hartando de todo aquello así es que le dijo a su
compañera: acércame todo lo que pueda.
– ¿Qué planeas hacer? – pregunto algo nerviosa.
– ¡Solo acércame! – indico Nick molesto.
–Está bien Nick, pero no vayas hacer… ¡¿Qué
diablo está haciendo?!–
–Voy a detener a Piolar de una buena vez por
todas – asevero Nick terminando de carga su arma tranquilizadora y pone la pata
en la puerta de la patrulla para abrirla e inmediatamente agarrase de posa pata
de vehículo y acto seguido con su pie detiene la puerta para que esta no se
vuelva a cerrar y con el otro pie la anclo del carro para reafirma su seguridad
y no caerse del auto en ningún momento, finalmente termina de acomodarse con el
arma para tenerlo en la mirar, Judy en ese momento grita: NIK ESTO ES
PELIGROSO.
–NENA CONTIGO TODO ES PELIGROSO Y POR ESO ME
GUSTAS – aclaro Nick.
– ¡AY NICK, QUIEN TE ENTEINDE! – comento Judy.
–ZANAHORIAS, HAZME UN FAVOR Y ALCANSA A ESE
DESGRACIADO – indico Nick firmemente.
–COMO DIGAS NICK – replico Judy.
La coneja acelero la patrulla a todo lo que
esta daba y finalmente logran alcanzar a Piolar, Nick lo tiene en la mira para
dispárale un dardo tranquilizador en todo el cuello, el oso saco su glock y le
dispara una bala a la pierda derecha del vulpino. El zorro llora como todo
canino lastimado e inmediatamente entra a la patrulla mientras aun lloraba,
aquello le rompió el corazón a Judy quien no podía creer que le habían vuelto a
dispar a su novio, novio a quien le había dicho que con ella todo era peligroso
y que por ello la amaba. El vulpino se practicó algo de primero auxilio para
evitar morir desagrado y allí Nick dice: Odio a ese tipo.
Judy aun veía como la sangre de su amado
vulpino empañaba el paño y en ese momento ella exclama: ¡Se acabó la Judy buena
onda!
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