Allí ambos policías empieza a buscar su
patrulla, pero justamente llega otra y de ella salen un fenéc y un puercoespín
hembra y allí el pequeño vulpino exclama: ¡Se le perdió algo!
–Si oficial, se nos perdió la patrulla –
contesto Nick sarcásticamente.
–Eso no es nada profesional – comento el fenéc.
– ¡Y ustedes tampoco es que sea muy
profesionales! – proclamo Nick sarcásticamente.
–Por lo menos no parezco que me hubiese
revolcado en la tierra – asevero el fenéc.
–Pero puedes haber llegado a tiempo – pondero
Nick.
– ¡Señoritas!, ¡Señorita!, cálmense ya, tenemos
que trabajar – afirmo Judy firmemente.
–Es cierto – contesto Nick.
–Trajiste lo que te pedimos – pondero Judy.
–Si trajimos dos revolver de 22 milímetro con
22 balas en tambor y otra 80 balas de municiones – explico Mercy.
– ¡Esta porquería es lo que nos trajeron! –
exclamo Nick.
–Esta porquería se va romper – asevero Judy.
–Sabias que ibas a decir eso por eso tenemos un
plan – informo Mercy.
– ¿Cómo cuál? – pregunto Judy.
–Solo ve y mira – comento Mercy.
–APARTESE –grito– ¡Esta mujer está loca! –
exclama Finnick.
Nick, Judy y Finnick se apartan de la patrulla
e inmediatamente Mercy acelera la patrulla para dirigirla contra la puerta de
aeropuerto y con rápida envestida deriva la puerta de alambre y allí se dirige
en dirección a los hangares específicamente al hangar 19 y cuando los guardia
ven a la patrulla le comienza a disparar y allí Mercy se agacha y agarra una
barra de dinamita y con un poco de habilidad esquiva las balas y mientras
esquiva la balas enciende la barra de dinamita y cuando vuelve a pasar por
enfrente de hangar Mercy suelta la barra de dinamita y esta rueda hacia las
pata de los leones que estaban disparando a la patrulla y luego de consumirse
la mecha la barra explota y deja a muchos animales muerto o lastimados y cuando
Mercy regresa con su compañero y ahí exclama: ¡Ente y arréstelos todo! Ahí
Nick, Judy y Finnick agarran sus armas tranquilizadoras para dormir a todos los
animales que se resistieran al arresto.
Por su parte Piolar se recupera de la explosión
de barra de dinamita e inmediatamente comienza a buscar la salida de aquel
hangar y allí uno de sus trabajadores entra en la oficina de Piolar y ahí
proclama: Señor tenemos que salir de aquí.
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