Rastro quedan de tu presencia, como recuerdos que no se quieren ir de mi cabeza, así siento tu ausencia.

Quisiera que me volviera a permitir embriágame con tu perfume con tu perfume y deleitarme con todas tus fragancias, pero cada olor de ti se ha disipado con el tiempo y ahora solo quedan vestigios de un pasado agradable.

Aunque tu perfume haya desaparecido de la cama, de mi piel y de mis recuerdos, aun lo percibo entre la fetidez de este mundo, aunque sea por unos segundos.

A veces me despierto llorando: ¿Dónde está tu perfume?  Y solo me contesta la fría oscuridad